POESÍA LOCA 4

Me ha llamado Cristóbal Colón.
Y me ha pedido ayuda.
Su caso no es fácil.
Le dieron por muerto hace más de 500 años.
Y él pasó del tema.
Se dedicó a procrear y procrear en su isla secreta.
Y se olvidó de todo y de todos.
Y ahora que ya se siente mayor
y que intuye que la muerte
puede llegar en cualquier momento
ha decidido arreglar sus cosas
para que sus herederos
- unas trescientas mil personas -
no tengan que perder el tiempo en litigios innecesarios.
Y he prometido ayudarle.
Y he hablado con los Reyes Católicos
que están pasando por algo semejante
y que todavía hoy
viven escondidos en unas cuevas de Granada
sin ningún tipo de lujos
ni tampoco lacayos que les sirvan
ya que todos han muerto cuando les correspondía.
Y se han puesto muy contentos.
Y si no fuera porque están envueltos en telarañas
y sus huesos no están para alegrías
creo que se habrían puesto a bailar
y a dar volteretas como dos chimpancés de circo.
Y tienen tanta felicidad
que me han regalado sus coronas
para que las venda
y con el dinero que saque
haga las gestiones necesarias
para que ayude a su amigo Cristobalito
en todo lo que necesite.
Y me han dicho también
que les haría mucha ilusión 
que su Cristobalito  fuera a verlos
para despedirse de forma cariñosa
antes de que cualquier día
la perezosa muerte 
decida por fin cumplir con su trabajo.
Y ahora tengo dos coronas.
Y tres chiflados delirando.
Y trescientos mil posibles herederos
que viven en una isla remota y secreta.
Y creo que no voy a hacer nada 
por esos tres tarados
que han logrado burlar al tiempo.
Voy a vender las coronas
y con lo que saque
voy a hacer un fantástico viaje
de muchísimo riesgo y gran valor
para ver si puedo llegar navegando a las Indias.