Zapatos en el armario.
En perfecta formación.
Impasibles.
Obedientes.
Suspiran esperanzados
por ser hoy los elegidos
y salir un rato
de su cárcel cotidiana.
No demasiado lejos
el paraguas mira al cielo
y se deprime.
Hoy tampoco saldrá.
Un día más de sol y raquíticas nubes.
Desde su posición privilegiada
las ventanas
y las discretas cortinas
susurran futuros por acaecer
dado que el presente les aburre.
Ya lo han visto todo
y ahora les gustaría
ver paisajes repletos de emociones
donde renacieran sueños y posibilidades.
Y más que cualquier cosa
les gustaría
escribir poemas de amor y viento
con lánguidas cortinas
y ventanas enamoradizas
que ocultaran mil secretos inconfesables.
Miro a mi alrededor.
Ahí están.
Viviendo bajo mil formas y colores.
Las cosas.
Los objetos.
No nos fijamos
pero nos quieren
desde su corazón infinito.
Se preocupan por cada uno
de nuestros latidos indiferentes.
Son fieles.
Son útiles.
Estoy seguro de que viven y sienten.
Son los hijos olvidados
de infinitas reencarnaciones
y emotivos vestigios
de todos aquellos que los fabricaron.
Y cuando el sol se va
y cuando la vida oscurece
y cuando nos hacemos sueño
en cada casa
en cada habitación
en cada tiempo y recuerdo
hay un universo de almas y sentimientos
que noche tras noche esperan un poco de amor.
Démosles ese amor que se merecen.
ResponderEliminarSaludos.
Creo que a partir de ahora ya no podré caminar por la casa como lo hacia hasta ahora, con tantos objetos a los que agradecer...
ResponderEliminarPrecioso poema, Xavi
Me fascina tu sensibilidad
Besos
Son los mejores amigos del hombre (después de los perros) y no hacemos más que cambiarlos compulsivamente por otros cuando están en sus mejores facultades.
ResponderEliminarSaludos.
Parece que escribas desde mi casa...
ResponderEliminarBesos tristes.
Miraremos el hogar de otro modo, un lugar para estar, muy nuestro, donde los objetos que lo pueblan cobran sentido, amparan nuestros recuerdos, nos propician bienestar. El hogar es nuestro refugio, pero no olvidemos que cada movimiento está vigilado por nuestros móviles.
ResponderEliminarUn beso.
Uysssss 🙈 tú da ideas, sí 😄
EliminarEmpezar a leer y aparecer la sonrisa complacida fue todo uno.
ResponderEliminarMe haces gracia cuando dotas de vida a tus objetos. Madre, aquí tienes a tu hijo.
Un bonito paisaje, para no olvidar.
ResponderEliminarBesos.
Me han conmovido tus letras.
ResponderEliminarMe has hecho pensar en las cortinas del comedor, las arreglé yo misma, nos hicimos juntas un verano con la vieja máquina de coser de mamá. Ellas son justo eso, un alma por querer.
Un abrazo.
Recuerdo unos zapatos gastados de un modo peculiar, nunca un objeto me produjo tanta conmoción.
ResponderEliminarBeso***
Nos acompañan en cada momento, ya llegará lo que esperan y los zapatos podrán salir otra vez a pasear.
ResponderEliminarAbrazos.
Pues yo me pido la mantita del sofá para otra reencarnación, esta falta de abrazos no me la vuelven a prescribir. Saludos.
ResponderEliminarYo te daría el nobel de literatura, o algo parecido, por este poema.
ResponderEliminar"escribir poemas de amor y viento
con lánguidas cortinas
y ventanas enamoradizas
que ocultaran mil secretos inconfesables."
"y cuando la vida oscurece
y cuando nos hacemos sueño..."
Además, yo también tengo "fantasías animistas", así que todo me parece verdad.
Una maravilla.
Besos.
Todo eso y muchas cosas mas que no valoramos!!
ResponderEliminarBesos Toro!!
Por lo que no valoramos, y merecen serlo.
ResponderEliminarUn beso
Hermoso!
ResponderEliminarEl alma de las cosas, lo dijiste de forma sublime.
Un abrazo Torito.
Me recuerda a esos cuentos que leía de pequeña en los que los juguetes cobraban vida cuando todos dormían.
ResponderEliminarNo siento apego por las cosas ni quiero sentirlo pero lo has escrito muy bonito.
Besos
Hermosos versos. En estos momentos hay una refafila de zapatos de todos, afuera en el patio de la cochera. Fueron elegidos para quedarse ahí, ya que cada vez que llegamos de comprar algo de afuera, tenemos que cambiarnos para ingresar a casa. Permanecen quietos esperando llegue el momento de volver a salir del encierro.
ResponderEliminarMe gustó tu homenaje para ellos.
Un abrazo.
Como si estuviéramos rodeados de un infinito sentimiento. Me conmueves, Poeta.
ResponderEliminarMil besitos para ti.
Como han dicho arriba, no podré caminar x casa sin pensar en esto...precioso!💗
ResponderEliminarBesoss 😷😘
Sii, muchos tienen su pequeña alma. La de la alfarera allá en La Gomera, la de mi consuegra, la de mi amiga, la del pintor callejero. O un instante impreso para siempre, el jaleo del mercado, las horas apacibles ante la labor, el jolgorio de un cumpleaños. Me estás haciendo pasar un buen ratito, poeta :)
ResponderEliminarMuaaac
Bellìsimo y conmovedor querido Toro
ResponderEliminarAlgunos de mis objetos están cansados de tenerme tanto por aquí...
ResponderEliminarSaludos!
Acompañados aun en esa soledad que nos consume…
ResponderEliminarPrecioso y emotivo. Leerte hoy, ha sido un cálido soplo en estos tiempos de insomnios…
Abrazo grande, querido poeta.
Hace días que no calzo otra cosa que zapatillas. Es deprimente.
ResponderEliminarPara estas cosas que tienen alma, un sentido recuerdo para tod@s ell@s.
Cuidate mucho Toro, un beso
Es un poema preciosísimo... Quizá todas las cosas tengan vida propia, aunque parezcan inertes... Quien sabe...
ResponderEliminarUnbeso enorme.
En cada habitación hay tiempo, recuerdos, sentimientos y almas, la casa donde vivo me vió crecer... toda vida nació aquí.
ResponderEliminarY yo (también) lo puedo ver.
Besos.
Yo quiero a mis objetos. Saben de mi vida. Especial cariño a algunos muy antiguos que antes fueron de otros. Ay, mis ventanas!
ResponderEliminarEstamos rodeados aunque no lo creamos de objetos y seres de luz que nos hacen la vida más agradable.
ResponderEliminarY yo que ahora vivo en casa de mi madre, la casa donde viví, me reencuentro con todos esos objetos :))
ResponderEliminarUn beso, precioso poema.
Amo a mi bajo y mis cuadros, yo les pongo nombre..parece loco pero mi lavarropas por ejemplo se llama cristobal jeje
ResponderEliminarSaludos torito me gustó este poema..
Siii
ResponderEliminarSembré para luna llena y los brotes germinan tanto y tan rápido que creo que miles de semillas que hubieran muerto en los cubos de basura, ahira crecen rápidos y verdes, bidcando mi sol y mis rincones, invadiendo partes del jardín abandonado, bolsos y zapatos, creciendo como alubias mágicas hacia el cielo, agradeciéndome eternas aquella improbable posibilidad.
Tengo tantas que tendré que regalar mi cultivo de Super luna, para que algunos vean cómo de unos puntitos medio pochos, brotaron en tres días, hermosos huertos y jardines
En pequeños botecitos, hueveras y hasta zapatos viejos, de humildes algodoncitos llenos de agua y esperanza
Temo que invadan y envuelvan el edificio enredaderas mágicas, y me lleven al cielo de los gigantes.
Hagamos de todo ello un hogar acogedor.
ResponderEliminarMe encantó este poema.
Besitos Xavi.
¡¡Qué poema tan maravilloso!!!
ResponderEliminarBesosss
Me encanta.
ResponderEliminarTienen vida. Y lo mimas.
Un beso, Toro.
Desde que estamos encerrados las cosas han cobrado otra dimensión, esos objetos en los que no nos fijábamos sí tienen vida, son parte de nuestra vida y siempre los hemos dado por sentado.
ResponderEliminarTe dejo un beso grande al alma Torito, me gustó mucho este poema.
ResponderEliminarEsas pequeñas cosas... y su pequeña gran alma...
Beso... Xavi.
Y mi mano en tu mano...
🥀
PD: Un gran poema... me ha gustado mucho.
Aquí el poeta se toma su tiempo, se detiene, escudriña, va más allá del interior de las grietas, observa y se observa. Bravo !!! Besosss Toro .
ResponderEliminarConmovedor poema amigo Toro. Saludos.
ResponderEliminarHola Torito. Ahí están reposando y pasando el confinamiento con nosotros todas nuestras cosas. Los zapatos son nuestros aliados a la hora de salir a la calle y caminar y caminar,... Son nuestras alas porque así sean de cómodos caminaremos más o menos y sobre todo el estar a gusto con ellos.
ResponderEliminarLa ropa es nuestro abrigo, el envoltorio del caramelo, nuestro cuerpo. Ahora todo esto está más triste y apesadumbrado como nosotros porque el poco uso que le damos.
Muy original el poema a las cosas que nos acompañan y que son necesarias a en la vida cotidiana.
Abrazossss. Ánimo. Cuídate mucho
¡Qué importancia se da ahora a la casa y lo que ella contiene! ¿verdad?
ResponderEliminarMuchas gracias Toro Salvaje.
Saludos.
"Y cuando nos hacemos daño, en cada casa, en cada habitación"
ResponderEliminarCierto
Abrazos y cuídate
Tu grandioso poema es un paisaje de emociones!!!!
ResponderEliminarEsas que están esperando asomar a la vida. un beso grande a la distnacia.
Hermoso y profundo. Heredamos cosas que han sido hechas con amor, tal vez sudor y lágrimas, o tal vez con alegría. Pocas veces pensamos en ello, pero allí están siempre brindando, igual que tus poesías. Gracias.
ResponderEliminarLos hijos olvidados = padres desalmados.
ResponderEliminarAnoche leía algo sobre los objetos que acaban en un mercadillo.
ResponderEliminarDecía la autora que los compramos y les llevamos a casa con la promesa de usarlos y acaban olvidados. Algunos regresan al mercadillo.
Me quedo con tu poema mil veces.
Estos objetos tuyos me han conmovido.
El poema, me encanta. Otro para volver a leer.
Bss.
Me ha venido a la cabeza la canción de Serrat Aquellas pequeñas cosas...y una escena preciosa en el palazzo de El Gatopardo...
ResponderEliminarLa escena por las lánguidas cortinas...
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