Centros comerciales.
Las catedrales modernas
de los tiempos sin alma.
La tarjeta de crédito
es la sagrada eucaristía.
Escaparates centelleantes.
Voces.
Aglomeraciones.
Luces y más luces.
Calor.
Virus en el aire.
Carteles agresivos en blanco y rojo.
Descuentos.
Rebajas.
Remates.
Gente y más gente.
Todos abducidos.
Todos con la mirada poseída.
Esa gente empieza a darme mucho miedo.
Por eso no voy a esos sitios. Ya estoy bastante desquiciada, no quiero empeorarlo. Besos de loca (tranquilo que estoy lejos)
ResponderEliminarPara que todos los monos sean felices.
ResponderEliminarSaludos.
Son los centros de ocio modernos que arruinan familias.
ResponderEliminarHoy todo es ficticio, ya no hay lugar para los afectos. Nos convertimos en seres de cartón.
Magníficos los dos poemas.
Un beso.
Vete a saber, igual es verdad 😛.
ResponderEliminarBesos 💋😘💋😘💋😘💋😘💋😘💋😘😘💋😘💋😘💋😘💋😘💋😘😘 💋😘💋😘
A la gente le gusta el jaleo, no?
ResponderEliminar"Cuánto ego desatado en todo lo que contemplo". Siempre pienso lo mismo
Besitos, buen día
Un poema -análisis certero y verdadero.
ResponderEliminarBesos.
El dinero no se come, ni te viste ni te da de comer, pero es la medida de todas las cosas, la posibilidad potencial de tenerlo todo.. normal que sea el nuevo Dios
ResponderEliminarCentros comerciales=enjambres humanos.
ResponderEliminarToca el poema del lateral !eh! Espero que alguna ilusión te abrace fuerte...
Abrazos, mientras tanto.
El centro comercial me produce un hastío insoportable. Me deprime solo un poco menos que visitar un sanatorio mental.
ResponderEliminarEis um local onde muito raramente me verás e só na livraria.
ResponderEliminarBesos.
hay algunos que han profetizado que el futuro de la humanidad.... sera de pesadilla.... es decir lo que vemos hoy no es mas que un abrebocas de los horrores que vienen.....
ResponderEliminaresos si, creeremos que todo anda bien.
La tarjeta de crédito es la hostia sagrada que se ofrenda con el trabajo humano, cada vez más oscuro y carente de valores...Muy bueno el segundo poema poeta y sí, "el enjambre humano está condenado a no ser feliz"
ResponderEliminarAbrazos poeta
No podías haberlo descrito mejor. Admiro tu perspicacia e imaginación y tu visión de las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo
Centros infernales
ResponderEliminarBesos
Què és això d'un centre comercial?... dec viure en un altre món.😅
ResponderEliminarPetonets, Xavi.
Lo peor es cuando lo tienes a cinco minutos de tu casa a pie. Hay gente que va allí a recargar los móviles gratis. Sociedad de Hiperconsumo.
ResponderEliminarEl consumismo desenfrenado como distracción de la ruina existencial. Un espectáculo.
ResponderEliminarVidas de hámster en la noria, si.
ResponderEliminarBesos***
Buena escena expones, bastante real con lo que veo, sin generalizar, pero muy bien descrita. Escasez de valores y el usar y tirar siguen avanzando. No me gusta las tarjetas, por ponerle punto final a mi comentario, si me lo permites.
ResponderEliminarBesos.
Son un horror aunque para quienes vivimos fuera de las ciudades son prácticos.
ResponderEliminarBeso
Me encantan estos poemas, porque son honestos. Con crueldad, pero honestos. ¡Que no daría yo por escribir de ese modo!
ResponderEliminarQué fuerte, si es de sentir miedo.
ResponderEliminarBesos.
Para pensar :(
ResponderEliminarBesos.
No me gustan NADA.
ResponderEliminarA mí que me da pereza tener que ir a comprar.
ResponderEliminarSaludos.
Días de consumo aberrante.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdad es que entrar en ellos, según en qué momento, es aterrador. Qué locura de gastar. Y qué locura de miradas.
ResponderEliminarUn beso
Demasiado consumismo.
ResponderEliminarDemasiada gente.
Además suelen tener casi todos tiendas q encima no me gustan.
Hace siglos que no me acerco a uno. A Dios gracias. Y es que me provocan más ansiedad de la que ya guardo en mis entrañas.
ResponderEliminarHuyo.
ResponderEliminarY si no hay más remedio, a deshora.
Es como dices en el poema.
Bss.
Otro de tus grandes grandísimos éxitos!
ResponderEliminarOvación de pie!
¿has leído NO logo? Era un bonito libro hasta que también terminó en los escaparates y vidrieras de los centros comerciales.