Otoño de 2025.
Domingo.
Despierto cansado.
Cielo gris.
En el espejo
un hombre extraño
que pretende ser yo.
El tiempo no se detiene jamás.
Y no me gusta ver cómo avanza.
Viajo hacia atrás.
Estoy en un aula.
Tengo todo un futuro por delante.
Libros.
Cartera.
Cromos de fútbol en el bolsillo del pantalón.
También canicas de colores maravillosos.
A mi lado un buen compañero de pupitre.
En la pizarra
un profesor con bigote
intenta que aprendamos matemáticas.
Dentro de mi cabeza
mil pájaros traviesos
no paran de dar vueltas y vueltas.
Hago reír a mi compañero.
Acabamos los dos castigados en el pasillo.
Él saca una pelota de tenis
y jugamos un partido inolvidable.
Nos ven y nos vuelven a castigar.
Ahora estamos de rodillas y no podemos reírnos.
El religioso que nos vigila
tiene muy mal humor
y siempre va armado con una regla de gruesa madera.
Al día siguiente tenemos que traer un castigo.
Copiar un montón de veces una frase de mejora personal.
En casa no digo nada.
No quiero que se enteren mis padres y me castiguen otra vez.
Vuelvo al ahora.
Al mundo triste.
No viven mis padres.
Ni el profesor, ni el vigilante religioso.
De mi compañero tan buen amigo no he vuelto a saber nunca nada.
El colegio aún sigue pero no sé cómo será ahora aquella aula.
Una vez intenté entrar
pero tenía que concertar visita
y explicar los motivos de la misma
y no creo que hubieran entendido lo emotivo de mi petición.
Ahora apenas río.
Suelo estar triste muy a menudo.
Intuyo los años que me esperan y no me gustan.
Escribo poemas como si estuviera en el diván de un psicólogo.
Eso sí, hay quienes continúan a mi lado.
Los pájaros traviesos siguen dando vueltas dentro de mi cabeza.
No tengo ninguna duda acerca de su fidelidad.
Ellos me acompañarán hasta el final de mi vida y morirán conmigo.
Con il tempo che passa si instaura un profondo senso di fragilità, che si rispecchia in ogni respiro di vita...
ResponderEliminarBuona domenica
Travieso! Eso te define estupendamente. Y a nosotros que nos encanta.
ResponderEliminarEs curioso como recuerdas de manera tan perfecta
Besitossssss
Recuerdos de la infancia... un poema de gran sensibilidad. Abrazos
ResponderEliminarUn día fui a trabajar a un piso desde cuya lavadero se veía el patio (era un patio interior de un edificio de viviendas con un colegio en el bajo) donde yo jugaba hasta 5° de egb. Era exactamente igual pero muchísimo más pequeño, de tamaño.
ResponderEliminarNo sé si era por la hora, pero no había niños ni canicas ni cromos ni de fútbol ni de 'naturaleza y color', que eran la versión guays de coleccionar cromos.
Abrazooo
No hay que pensar en el futuro, nunca es tan caliente como cuando se cocina. Vive el hoy para que mañana no te arrepientas de no haber aprovechado el ayer. Me encantan esos locos pajaritos de tu cabeza.
ResponderEliminarPrecioso poema. Me recuerda a la niña que fui, inquieta y traviesa. Qué bien se pasaba en el pasillo cuando un amigo te acompañaba.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantan esos pájaros!!❤️
ResponderEliminarBesos***
Una crónica brillante de una vida con la cabeza a pájaros, como debe de ser :)
ResponderEliminarSaludos Toro
Que esses pássaros nos façam também companhia através dos teus preciosos poemas!
ResponderEliminarBesos.
¡Cómo me identifico en lo de querer regresar a mi antiguo colegio y sentirme extraña! Aun así, cuando camino cerca de sus instalaciones un regusto a nostalgia se me atora en la garganta y empuja algunas lágrimas.
ResponderEliminarEstudié con monjas y más tarde con hermanos, y aun así tengo muy buenos recuerdos. Leerte me los ha traído a la memoria. Mil gracias.
Un abrazo.
Buenos días, has retrocedido a la infancia, aquellas vivencias que en tu caso son muy diversas y el resumen de ellas tb. El resto va evolucionando. Te confieso que a mi, lo que estoy viendo desde hace tiempo no solo no me gusta, sino que lo rechazo. El panorama me entristece, preocupa y especialmente nuestra vejez y el futuro de mis hijos y nietos, por supuesto, del resto de nuestra sociedad...
ResponderEliminarProfunda, y clara visión de la situación, pero en la tristeza también leo hermosura en tu poema.
Hoy es para enmarcas.
Besos.
Bello y evocador poema Toro, besitos 😽😽😽
ResponderEliminarSaluda a tus pajaritos de mi parte! Besos
ResponderEliminarToro,
ResponderEliminarUm texto que nos faz parar
e pensar em outros momentos
da nossa vida.
Texto recheado de nuances
boas.
Obrigada por compartilhar
e assim nos inspirar.
Por aqui pelo Brasil, vivemos
um início de primavera atípico
com vento e frio, mais parece
outono.
Bjins de ótima nova semana
CatiahôAlc.
Tres càstigs en un día ja eren massa. ;-)
ResponderEliminarQuan era petita era molt posada i no feia cap trastada, potser per això quan vaig créixer vaig ser molt rebel i encara ho sóc...
Petonets, Xavi.
A mí me gustan mis pájaros: siempre me exprimen, para bien, y sacan lo mejor de mí.
ResponderEliminarTengo todo un futuro por delante.
ResponderEliminarToro, pienso mucho en esta idea últimamente. Ahora ya no tengo todo el futuro por delante. Y eso me hace detenerme, pensar. La vida es curiosa, cruel, hermosa.
Como la propia naturaleza que somos.
Me ha encantado leerte. Como siempre. Quién fuese pájaro en tu cabeza!
Tienes un tesoro en recuerdos.
ResponderEliminarBesos.
Coisas do Outono!!
ResponderEliminar.
Coisas de uma vida...
Uma ótima semana. Beijos
Hay cosas y hechos que siempre estarán con nosotros.
ResponderEliminarUn pillastres debiste ser de niño, no? Ahora que te quiten lo "bailao".
Y al del espejo, hazte el favor de hacerte su amigo.
Besicos muchos.
Que recuerdos más bonitos.
ResponderEliminarBesos para el chico más guapo de Cataluña!
Me has recordado la vez que fui con mis hijas pequeñas a enseñarles mi colegio y no me dejaron entrar, argumentando, es cierto, que lo han convertido en monumento
ResponderEliminarTambién lo era en mis tiempos y allí entraba to Dios.
Los niños en el colegio sueñan con el dia en que seran adultos, no pueden imaginar como seran exactamente, pero si anhelan crecer, de jar de ser niños lo mas pronto posible.
ResponderEliminarLos pájaros en tu cabeza, tus amigos de blog y yo entre ellos.
ResponderEliminarBesitos de anís.
El poema está lleno de imágenes y sensaciones.
ResponderEliminarYo no guardo un buen recuerdo del colegio. No volvería ni atada, pero reconforta leerte. He asistido a esa aula verso a verso.
Bss.
Esos pajaritos son muy simpáticos. Las cabezas que no los tienen son tristes y aburridas.
ResponderEliminarYo también pasaba mucho tiempo castigada en el pasillo y me hacían copiar cien veces frases absurdas. Cómo dolía la mano!!
Besos
Ay! Cuánta melancolía.
ResponderEliminarSospecho que si explicabas el motivo para entrar a la escuela, no encontrarías nada de lo que estabas buscando.
Por aquí los cromos y las canicas se llaman figuritas y bolitas, respectivamente.
Abrazos