Se acercan las navidades
y con ellas
los rencores ocultos
y malentendidos familiares
tan propios de esas fiestas
y con el fin de ayudar
a salir airosos
de forma discreta y respetuosa
de tanta amargura y resentimiento
resulta del todo aconsejable
llamar por teléfono
a mediados de noviembre
-para que esos canallas no sospechen-
a padres, hermanos, primos, cuñados
abuelos, tíos, suegros, yernos, nueras...
y decirles claramente que dan mucho asco
y que lo mejor para el planeta
sería que sus caras feísimas
y sus cuerpos malolientes y repugnantes
desaparecieran para siempre y no verlos más.
Con esta fina y elegante forma de actuar
desaparecerán mágicamente las tensiones navideñas.
Mira, te libras de la cena de Nochebuena seguro jaja
ResponderEliminarBesitossssss