Al pobre de Justiniano
le gustaría ir de vacaciones
a las espléndidas playas del Caribe
pero no tiene dinero para ello
y por eso ha tenido una idea genial
y aprovechando que no había nadie
ha entrado por la ventana
en casa de unas vecinas muy guapas
originarias de la República Dominicana
que tienen una peluquería en el barrio
y se ha instalado en la bañera
con el agua hasta el cuello
y cuando han vuelto de trabajar
las tres mulatas de ensueño
Justiniano ha dado unas palmadas bien fuertes
pidiéndoles un mojito bien fresco
y que empezaran a bailar salsa en el cuarto de baño
pero hoy en día la gente está muy tensa
y no está dispuesta a ayudar a nadie
y debido al desequilibrio emocional
de esas tres bestias selváticas y aguerridas
al final Justiniano ha tenido que huir lleno de arañazos.