A Justiniano le gusta mucho
una vecina de su edificio
y hoy cuando su futuro amor
ha ido al supermercado
la ha seguido discretamente
y mientras ella miraba las etiquetas
de unos productos alimenticios
Justiniano se ha introducido
en el carro metálico de su amada
junto a unas manzanas, ensaladas y tomates
y cuando ella se ha girado
para añadir otros productos
Justiniano se ha levantado sonriendo
mientras abría los brazos
y gritaba: TACHÁAAAAAAAAAAAAAANNNNNNNNNNNN!!!
pero la maldita bruja de corazón de hielo
en vez de abrazarlo enamoradísima
se ha escapado corriendo
con la cara medio trastornada
seguramente por genética familiar incurable
y ha vuelto con el vigilante de seguridad
que ha expulsado a Justiniano del supermercado.