El telescopio James Webb
es la biblia cósmica de los sueños.
Cada imagen que nos regala
es un tiempo que fue y ya no es
para nuestros ojos del ahora incrédulo.
Mucho de lo que muestra no existe ya
y mucho de lo que existe algún día no será.
Estrellas que fueron y todavía relucen hermosas.
Vientos estelares surcando el cosmos inexplorado.
Mundos extraños que laten más allá de lo imaginable.
Galaxias lejanas que muestran coquetas su azul sonrojado.
Espectros de colores embrujados que brillan en lo desconocido.
Tiempo sin aire ni reloj que se desdobla entre nebulosas vírgenes.
Millones de estrellas jóvenes que parecen bellos diamantes de fuego.
Nada explica mejor lo inexplicable que contemplar ese milagro infinito.