En aquellos tiempos
el sol era un amigo
la lluvia un concierto
de salpicaduras y risas
el futuro un regalo
que intuíamos lejano
pero pasaron los días
guillotinando ilusiones
y ahora ya no trinan
ni el sol ni la lluvia
las risas mutaron en muecas
en arrugas imborrables
indicios de la mueca final
y el futuro venía cansado
tan violado de imposibles
que resultó decepcionante
como una mala canción
que se atasca en la garganta.