Me he llenado de remiendos
de ausencias y desilusiones
y ya no recuerdo quien soy
ni cuando fue que fallecí
ahora camino sin alma
por las calles indiferentes
de esta ciudad que me quiso
y que ahora desconozco
camino ciego y olvidado
por esta ciudad purgatorio
que acoge con helada caridad
la sombra de quien fui
hasta que acabe de borrarme.