Justiniano está muy preocupado
por la salud de la panadera
ya que cuando hoy ha ido
a comprar un par de baguettes
y de paso a intentar hacer las paces
dejando atrás rencores y malentendidos
que a nada bueno conducen
la panadera ha cambiado de color
nada más verlo entrar por la puerta
pasando del blanco al rojo intenso
en apenas unos pocos segundos
y cuando además el bueno de Justiniano
con enorme inteligencia emocional
le ha guiñado repetidamente el ojo
a la vez que con un gesto sexy
se relamía los labios con la lengua
y le lanzaba desde prudencial distancia
infinidad de besitos apasionados
sin saber como y de repente
la pobre panadera se ha desplomado
quedando estirada en el suelo
como un pimiento morrón asado
hasta que ha llegado la ambulancia
y tras aplicarle la máscara de oxígeno
se la han llevado con urgencia
al hospital más cercano.