CUENCAS VACÍAS

Mis ojos han entregado la mirada

al tiempo de las cuencas vacías

han rendidos sus pupilas húmedas

derrotados por tanto quebranto.

Ahora quiero ver el silencio

deseo una caricia de sosiego

mientras aguardo la despedida

con una mueca ciega en mis labios.

CASI CIEGO

Tengo mil madrugadas

derramándose en mis ojos

una luna en la mirada

que rescatar no puedo

una campana de tinieblas

repicando en silencio

y un jardín de sombras

donde paseo casi ciego.

LOS SOLDADOS SON HIJOS DEL HAMBRE.

Los soldados son hijos del hambre

da igual si colombianos o españoles

ahora el hispano muere en Irak

disfrazado de marine con hambre

el colombiano muere en el Líbano

disfrazado de español con hambre

el español muere donde le toque

vestido de español con hambre

todos mueren para matar el hambre

y para seguir vistiendo al rico

al cardenal del agua bendita

al general de batallas de salón

al político de lágrima fácil

ahora vendrán con luto riguroso

mucha bandera, himno y charanga

a posar los que no tienen hambre

los que buscan pobres hambrientos

los disfrazan, arman y engañan

para engordar su repleto bolsillo

ahora con lágrimas de cocodrilo

vendrán los de la barriga llena

a interpretar su falsa pena

ahora algunas familias de pobres

están llorando lágrimas de verdad.

CELEBRANDO

Que nadie me comprenda

que me observen de reojo

que no les gusten mis fronteras

que murmuren a mis espaldas

quizá sea un náufrago

un melancólico desahuciado

un quijote trasnochado

o un payaso loco

pero no un espíritu amorfo

y eso es digno de celebrar.

LA LLAMADA

El viejo del pelo sucio

no tiene apenas dientes

ni nadie que le quiera

su único apoyo es un bastón

que le regalaron en Cáritas

para que no se desplome

mientras espera la llamada.

UN GRAN AMOR

Un gran amor es insólito

como un trébol de cuatro hojas

se oculta entre otros amores

encubierto por besos y susurros

pero un gran amor 
es más que amor

es locura en la mirada

es hoguera en los labios

es vacío en la ausencia

es tragedia en el adiós.

CAUTIVO

Un hombre cautivo

no suele durar mucho

a lo sumo un par de hijos

después se hace nómina

desertor y sombra

antes de hueso muerto.

GRITO TU NOMBRE

Grito tu nombre al azulado viento

cuando deambulo solo y desquiciado

con el fulgor de tu cuerpo vedado

resplandeciendo en mi pensamiento.

No tiene paz ni fin mi desaliento

no hay luz en este cielo acerado

que ilumine el vacío desgarrado

donde vive clavado mi tormento.

Por el día como quijote delirando

con tu anhelo tatuado en mi pecho

y el sueño de tu amor acariciando.

Por la noche anclado en mi lecho

con tu dulce recuerdo palpitando

en el pozo de mi corazón maltrecho.

SOLITARIO

En las fiestas de sociedad

en el entierro del vecino

en la boda y el bautizo

siempre estoy en soledad

tanto da que vaya acompañado

de cien personas o mi sombra

pues nada más llegar asoma

en mi corazón el ermitaño

no me gustan los veletas

ni los llantos derrochados

tampoco los ojos embriagados

ni la familia con caretas

y con estigma de insumiso

transcurre mi vida entera

indocumentado en la frontera

conversando conmigo mismo.

SILENCIO DESPIADADO

El silencio despiadado
me despertó del dulce sueño.
A lo lejos 
en la memoria
el eco del viento grita
cada vez más anciano
desmoronándose en mi ayer.
El recuerdo ensordecido
de ese pasado estrangulado
enmudece mi garganta.

TERRORISMO

Otra vez el buitre del miedo

oscurecerá con crueles alas

el tuétano de días venideros

devorando con odio hambriento

todo resplandor de esperanza

al levantar su aterrador vuelo.

Otra vez las pupilas de hielo

abrasarán vidas condenadas

por el horror más ciego

salpicando todos los sueños

con mil lágrimas sepultadas

y esquirlas de hueso muerto.

Otra vez la noche del tiempo

aturdirá a gritos el alba

con mil sombras en el cielo

dibujando llorados féretros

con pincel de sangre enlutada

en un cuadro teñido de duelo.

Otra vez reinará el infierno

arderán sordas las palabras

en esa hoguera de lamentos

que calienta el gris desconsuelo

donde vive la pena devastada

por tanta atrocidad y sufrimiento.

TU AUSENCIA

Tu ausencia afilada

raja mis alas de sueños

precipitándome al abismo.

EPÍLOGO

Atornillados en el banco

con las manos entrelazadas

los ancianos esposos

ven desfilar la vida.

Cada día que muere

es una victoria inesperada

contra el temido epílogo

que les asoma en la mirada.