Quizás llegó el momento
de no lamentarse
de asumirlo sin más
de no esperar nada
de no mirar adelante
ni tampoco hacia atrás
de abrazar cada día
como si no hubiera más
de robarle a la vida
hasta el último aliento
antes de que mis días
empiecen a declinar
ya que lo que vendrá
será cada vez peor
no hay nada que no sepa
nada que me sorprenda
es la muerte nada menos
esa muerte que me espera
y a la cual me acerco
cada día a mi pesar
porque poco a poco
sin darme cuenta apenas
todo me costará más
mis huesos irán dimitiendo
también la memoria
me iré haciendo arruga
me volveré frágil
me convertiré en carga
y es muy probable
que a pesar de todo
lo que soñé y sentí
acabe mis días abandonado
en un almacén de viejos
antes de que me peguen fuego.