A quien haya de verter mis cenizas
desde una helada urna
quisiera recordarle quién fui
hablarle de mi largo camino
de amigos, infancia, veranos
de todo lo que lloré y sentí
de ausencias, amores, deseos
de mis días enjoyados de alegrías
explicarle que me sentí querido
hasta en mis peores momentos
que perseguí siempre la felicidad
aunque jamás logré atraparla
que quise a las personas
por lo que eran sin más
que no acumulé rencores
ni tan sólo para quien me dañó
que desearía despedirme
con el mismo amor que llegué
y rogarle como última voluntad
ya que amé tanto la vida
que me susurre palabras amables
cuando abandone este mundo
para ser pasto de la eternidad.