Los días
ya no son bosques.
Ahora los días son desiertos.
Del pasado tumultuoso
solo quedan el viento y los recuerdos.
Un día sin saber cómo te vuelves invisible.
Eres.
Estás.
Pero no formas parte de ningún futuro amable.
Entonces te proteges.
Caminas por la ruta de las sombras.
Frecuentas los sitios que olvidó el tiempo.
Deambulas por la vida con el corazón amordazado.
Y sigues adelante.
Esperando que algún día la vida se acuerde de ti.
Y pasan los días.
Y la vida no tiene memoria.
Y nunca te busca, nunca te silba, nunca te llama.
Y ya no protestas ni te enfadas.
No dices nada.
Agarras tu nombre y tu tristeza, sigues caminando y callas.