He visto Howl y he renacido de mis cenizas putrefactas
he visto Howl y he sido deslumbrado
por la POESÍA con mayúsculas
he visto Howl y ha resucitado Allen Ginsberg
desde donde quiera que esté
y sacudiéndose los gusanos me ha recitado AULLIDO
y ha iluminado el pozo de mis días
y corre ahora agradecida la sangre por mis venas
y bailan alegres las musas decapitadas
y felices se cosen las cabezas
y me guiñan los ojos generosos
y me sonríen descaradas
y aquí estoy dispuesto a volver al principio
a cuando apenas nadie me leía
a cuando era inmune al escándalo
a cuando sólo me importaba la poesía.