Esta noche mientras dormía
Justiniano ha tenido un sueño revelador.
Dios se le ha aparecido
y con gran solemnidad le ha dicho
que Justiniano es casi un santo
ya que tiene un poder oculto
con el que puede curar a las personas
y que ese poder es el GRITO SANADOR.
Y Justiniano muy emocionado
ha ido esta mañana a la sala de urgencias
del hospital más cercano a su domicilio
donde había docenas de pacientes
quejándose sin parar de diversos dolores
y situándose detrás de cada enfermo
ha acercado su boca a las orejas de los mismos
y con toda la fuerza de sus pulmones
ha emitido una larga serie de GRITOS SANADORES
que han retumbado por todo el hospital
y que inexplicablemente no han curado
a esos pacientes desagradecidos y malcarados
que envidiosos de su mágico poder ahora quieren pegarle.