EL DÍA DEL FIN DEL MUNDO

Y llegará el día
del fin del mundo
y las puertas del cielo
se abrirán de par en par
y las primeras en bajar
serán María Magdalena
y todas sus amiguitas
vestidas como catwoman
en busca de jeques generosos
y bajarán después
todos los santos
con la mirada encolerizada
y un eterno dolor de cabeza
por la maldita culpa
de los incontables fieles plomazos
que no han parado
durante miles de años
de pedirles cosas
y los siguientes en bajar
serán Adán y Eva
tirándose vasijas a la cabeza
y echándose aún la culpa
de todo el desastre posterior
y a ellos les acompañarán
todos los personajes de la biblia
con ganas de seguir peleando
hasta el fin de los tiempos
y bajarán también
las serpientes del paraíso
con diarrea perpetua
por culpa de las manzanas verdes
y los siguientes
serán los tres reyes magos
con pajes y camellos
todos fumando marihuana
y también lo harán
una legión de ángeles
con espadas de fuego
achicharrándoles las alas
chillando como perras
sin tener seguro médico
y cientos de vírgenes
pintadas como busconas
y operadas de cirugía estética
bailando el hula hoop
con zapatos de altísimo tacón
y túnicas de lentejuelas
y descenderán a la vez
cientos de miles de trozos
de mártires ensangrentados
que ni Dios sabe como enganchar
y caerán como maná del cielo
incontables monjas criminales
con una regla en la mano
y libros de texto en la otra
y sacerdotes vestidos de marinero
buscando angelitos rubios
a los que evangelizar
y también descenderán
todos los papas de la iglesia
con una paloma blanca
que se les cagó en la cabeza
y descenderá también
el espíritu santo
hinchado de vino
por culpa de irse al paro
y del cielo caerán también
las ciudades de Sodoma y Gomorra
donde sigue la fiesta
de forma ininterrumpida
desde hace miles de años
y bajará el arca de noé
con todos los animales disecados
y sospechosamente abrazados
sin respetar las especies
y la zarza ardiendo
que no la apagó
ni el diluvio universal
y bajarán filas interminables
de feligreses, meapilas y santurrones
blasfemando por haber sido timados
y caerán miles y miles y miles
de cientos de miles
de miles de millones
de panes y peces
que siguen multiplicándose sin parar
y cuando todos estén en la tierra
se oirá retumbar poderosa
desde el cielo
por fin tranquilo y purificado
la voz del Único Dios Creador
que con enorme alegría dirá:
¡¡¡Por fin se han largado
esta pandilla de putos chiflados
y qué descansado me he quedado!!!
(Libro del Apocalipsis, capítulo 27, inédito)