Los ojos de la locura
me permiten veros por dentro
tras el disfraz y la sonrisa
me permiten registraros el alma
allí donde se esconde
el niño muerto que fuisteis
aquél que murió incrédulo
a cambio de un futuro mágico
anhelado en la negra realidad
futuro parido en noches ahorcadas
emborrachado de luna y soledad
agrietándose con el tiempo
hasta cegar de años y arrugas
el pozo de los sueños rotos
donde aún resuenan en las paredes
el eco de mil risas inocentes
y las alegres carcajadas
de vuestro niño ahogado.