LOS AMOS DEL UNIVERSO

Está el cielo lleno de pájaros
cada uno con el nombre de un muerto
tatuado a fuego en el pecho
son pájaros invisibles
para las almas de piedra
que no ven más que lo cotidiano
pero yo no tengo el alma de piedra
yo tengo el alma de agua
y veo los nombres
y veo la cara de cada muerto
escondida tras su nombre tatuado
en el pecho de los pájaros tristes
y veo cómo vuelan en busca los suyos
y veo también su cara de desencanto
cuando los suyos no pueden verles
y siguen caminando bajo su vuelo
ajenos al terrible drama
que sucede sobre sus cabezas
pero yo no tengo el alma de piedra
yo tengo el alma de agua
de agua herida por el terrible bautismo
que inundó mi corazón
y todos mis pensamientos
agua insólita y resplandeciente
del día de mi nacimiento
agua que salpicó
el nombre y el alma
de todos mis muertos
antes de irse volando
al cielo de la locura
donde vive el Dios de las diez cabezas
en un planeta de aire ciego
y donde los pájaros viejos
antes de convertirse en comida
para las diez cabezas hambrientas
del Dios de todos los tiempos
tatúan los nombres de los muertos
en miles y miles de pájaros que nacen
para ser arrojado después
por legiones de ángeles cósmicos
a la tierra de las bestias
con precisos y salvajes zarpazos
como prueba indiscutible
de quienes son los amos del universo.