6 de septiembre de 2018

UN BASURERO REPUGNANTE

Un basurero repugnante
de cemento y monstruos
en cada calle
en cada plaza
y en cada casa.
A mí no me la dan.
Por mucha sonrisa que tengan.
O por muy sociables que parezcan.
Son monstruos.
Todos.
Y sus corazones son porquería.
A veces encuentran muerto
algún viejo en su casa olvidada.
O una abuelita medio devorada por su perro.
La autopsia es inútil.
Los mató el tiempo y la miseria humana.
A veces los suicidas fallan
y se dejan solamente trozos de sí
entre las consternadas vías del metro.
Otras veces aciertan y descansan por fin.
Mientras tanto los psiquiatras silban.
Y los imbéciles hablan del Carpe Diem...
Soledad qué buena salud tienes.
Soledad qué gran futuro...
Soledad preludio infinito
de tristes y abandonados cadáveres.
Los suicidas.
Los muertos olvidados.
Los que no cuentan para nadie.
Esos que nadie quiere mirar.
La podredumbre insoportable de la humanidad.
Hoy hasta el poema necesita desinfectante.
Y el mundo entero una puta y definitiva glaciación.

6 comentarios:

  1. cuando vine a leerlo pensé , y sí, nosotros somos los que llenamos ese vertedero con toda clase de cachureos e inmundicias
    que sí, que el ser humano da pa'tóo y hasta para dibujar cielos con ríos de aguamiel

    otro muak

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  2. Snif, algo chulín, sí que sí ...
    ¿Solo tú puedes comentar?
    Pues no, ya ves ...
    Je.

    "Esos que nadie quiere mirar", sí ...
    Un beso, Toro.
    :)

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  3. Qué poco mundo con sus habitantes se salvan de estas verdades...
    Comento, pero si borras, no pasa nada :)

    Bss.

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  4. No me has dejado un buen sabor de boca, pero es la puta realidad.
    ¡Asco me da!

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