Otra ola de calor.
El sol quema.
Ni una nube
en el horizonte.
Nadie quiere salir
de las habitaciones.
A través
de las ventanas
los locos
observan asombrados
al nuevo psiquiatra jefe
que bajo un paraguas
pasea por los patios
del abrasado manicomio
con abrigo, bufanda y guantes.
Hay un dicho popular que dice que lo que guarda del frío guarda del calor.
ResponderEliminarLa directora es discreta y vuela a escondidas.
Un beso.
Esa directora quiere volar, déjenla ser.
ResponderEliminarCada día el clima está más loco. Eso sí, mil veces prefiero días nublados que el insoportable calor.
Abrazo!
Bueno, cada uno a lo suyo y el psiquiatra no se queda atrás.
ResponderEliminar¡¡¡Están todos locos!!! Claro es un manicomio :)). Besos frescos Toro
ResponderEliminarUn paraguas, un abrigo, unos guantes y una bufanda aparecen amontonados sobre un charquito de agua escasa. Los locos aplauden entusiasmados el fabuloso truco de magia.
ResponderEliminarQué calorrrr
Cuando nací allá por el siglo pasado hacia mucho calor y las langostas venían en bandadas desde África.
ResponderEliminarBesos 👄😘👄😘👄😘👄😘👄😘👄😘
Al psiquiatra te corresponde estar dentro. Saludos
ResponderEliminarA mí otra ola de calor también me puede volver loco pero no estoy seguro de entrar en ese local. Los compañeros parece que bien pero el personal al cargo me hace dudar. Ni loco entro ahí.
ResponderEliminarDebe de ser eso de combatir con las mismas armas del enemigo.
ResponderEliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna cosa es cierta, si el manicomio es publico o "de interes social", las celdas de los locos deben ser incomodas.
EliminarEn el verano ninguna tiene un abanico o ventilacion.
Y en el Invierno al ser de piedra dura, el frio se concentra.
Porque la idea es mantener locos a los locos.
En cambio la oficina del Jefe siempre es lujosa con lo ultimo en comodidades tecnologicas.
Me lo creo😆
ResponderEliminarBesos***
Si els bojos es preocupen pel comportament dels seus caps, és que tant la directora com el nou psiquiatra necessiten més teràpia que ells.🤭
ResponderEliminarPetonets, Xavi.
Psiquiatras a la deriva. :)
ResponderEliminarUn abrazo!
Já vi, quando estagiava, um director de estabelecimento psiquiátrico com comportamentos bem estranhos...
ResponderEliminarBesos
...pa'como está el mundo ,a veces dudo y pienso que los cuerdos están encerrados
ResponderEliminarBesitos 😽😽😽
Todo tiene sentido.
ResponderEliminarMe consta que la directora terminó volando.
ResponderEliminarSaludos.
Es previsora. Por si llueve.
ResponderEliminarUn beso
Este calor enloquece a cualquiera. Aunque me parece que el trastorno del psiquiatra va por libre.
ResponderEliminarBesos!!
Locos de todo tipo, los diagnosticados, y los que nacieron locos, Dios los hace y el Diablo los junta, si al final están todos encerrados, los barrotes solo son un límite de espacio...
ResponderEliminarsaludos fríos a su acalorada realidad
Como dirían en Madrid el calor “es lo que tiene…” 😂😂🐳
ResponderEliminarPobrecita la directora…no sabe que para volar no hacen falta alas,basta con un buen beso…
😉
Aquí frio y mas frío,cariños.
ResponderEliminarAl psiquiatra se le quemaron las neuronas del calor, su cerebro se deriite :-)
ResponderEliminarUn beso
Es que es de la Escuela de Cocina de "A fuego Lento", en su punto y en su jugo...
ResponderEliminarnormal
no critíques a un gastrónomo de la Psique
;)
Besos bello
ssssmuuuuaccccck
k
Debería hacérselo mirar :)
ResponderEliminarBesos.
Es Mary Poppins, no sé quién ve que es el nuevo psiquiatra jefe.
ResponderEliminarBss!!!
Nadie quiere salir
ResponderEliminarde las habitaciones.
atrás quedan los sueños que hoy son sólo hielo o piedra
agua dulce como un beso desde el otro lado del horizonte.
(Leopoldo María Panero - Primer amor - Fragmento)
Me parece muy oportuno que nos traigas este poema que se queda en las paredes de un manicomio, sobrecoge la fuerza con que expones la soledad demacrada de la locura, estremece la soledad demacrada de su sinfonía sin música y con cuerdas.
Un abrazo.
Leopoldo María Panero nos habló mucho de la locura, hubo momentos mágicos en lo que decía, otros olvidables. Lo recordamos como el poeta de un tiempo que supo llevar con decoro a Hölderlin bajo el brazo ofreciendo su inspiración a los mendigos y a los transeúntes que no sabían en qué dirección caminaban, al calor que nos puede dejar un pájaro cuando muere, a la luna que nos alumbra en nuestros errores y nos oscurece en nuestros aciertos cuando nos mecemos en los brazos de un sueño que nunca encontrará su paso.
yo también observaría sombrada...
ResponderEliminarmira que dejarse las orejeras
:/
Es que lleva consigo el clima de Ushuaia
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