27 de septiembre de 2020.
Abro la ventana.
El domingo camina por la calle
con mucho dolor en su triste mirada.
En cambio en el cielo hay una fiesta.
Su azul es impecable
y los pájaros revolotean
con hermoso plumaje de domingo.
Detrás de mí hay una fila de horas.
Todas mirándome con ojos expectantes.
Quieren disfrutar antes de morir.
Pobres.
Qué poca vida tienen.
Cojo la primera hora
le doy un beso
y la arrojo por la ventana.
Sus minutos chillan antes de estrellarse.
A mi espalda
oigo gritos de terror
y muchos pasitos alejándose.
Ahora detrás de mí no hay nada.
La fila de horas ha desaparecido.
Están escondidas y tienen mucho miedo.
Las encontraré.
Tengo todo el santísimo día para acabar con ellas.
Que despilfarro de horas son estos días vacíos. Donde las jornadas pasan con mas penas que glorias. Allí el otoño tiñe las calles de tristezas, aquí la primavera a venido cargada de días nublados como una continuación de un invierno que no quiere irse. Y para que, mas vale tener las tardes lluviosas de los días fríos que hacen que no extrañe las calles. A una primavera engañadora que me invite a caminar veredas que la realidad me niega, como si fueran manjares prohibidos para mis suelas...
ResponderEliminarUn saludo enorme Toro.
Beso***
ResponderEliminarAsí, leído, resulta terrorífico. Y sin embargo sucede las más de las veces.
ResponderEliminarQué bien encarnaste la masacre diaria, Toro. Tus poemas son como parábolas para el entendimiento...
Pobres horas, si las vas a estrellar, claro que se esconden. Qué incongruencia, a mi me faltan horas, me prestas alguna que la voy a invertir en la cocina? Voy hacer poemas en conserva y luego los voy dejando salir, según me vaya pidiendo el momento. Les daré sabor de confituras y patés para las tostadas del comienzo del día. Ahora mismo, me estoy comiendo una tostada de mermelada de pimiento y me ha transportado a los poemas más bellos.
ResponderEliminarQué tengas un bonito domingo y no maltrates esa horas, que luego nos suelen pedir factura cuando así lo hacemos.
Besicos muchos
Un abrazo con toda mi alma
ResponderEliminarAsí que pasarás el domingo jugando al escondite con las horas. Tampoco parece tan mal plan. Los hay peores.
ResponderEliminarEl último verso, con el que flipo, le da un cierre magnífico al poema.
Beso
Una forma muy original de ver como el tiempo se escapa.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Si pudiéramos ir con los pájaros por ese cielo tan azul!!
ResponderEliminarBesos
Tempus fugit, literalmente.
ResponderEliminarBesos.
Ánimo con el domingo.
ResponderEliminarBesos.
Al leerlo rápido, me imaginaba un cuerpo sobre una camilla. Ya te puedes imaginar... camino de su último momento o en su momento... Luego, le he dado otra interpretación pero, también, de una manera frugal, está la eternidad.
ResponderEliminarMuchísimos besos, Toro.
ResponderEliminarEl tiempo...
...a veces tan largo y demasiado lento,
a veces demasiado rápido y tan corto...
Beso... Xavi.
Y mi mano en tu mano... sin tiempo.
🥀
quiero terminar con mis emociones... quiero huir
ResponderEliminarPues no te he visto a las 20 en la ventana a aplaudir al rey.
ResponderEliminarOtra hora que se te ha escondido 😂
Ay, Poeta, hoy me voy reflexionando sobre lo que dices.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y muy feliz comienzo de semana.
Las he visto escondidas. 23 he contado. 24 con la que has tirado por la ventana.
ResponderEliminarSaludos.
Y cada día hay un grupo de horas que terminan muriendo.
ResponderEliminarPero que las veamos cada día!!
Besos
Pobrecines esos minutos que chillan.
ResponderEliminarUn beso, Toro.
Disfrútalas antes de que mueran, ellas y tú.
ResponderEliminarHay que buscar y encontrar las horas y llenarlas de besos y mas besos. Mi abrazo querido Toro Salvaje!!!
ResponderEliminarPoco a poco serán halladas, para completar ese fastuoso día, como no podía ser de otra manera, para ser arrojado a ese mar que se lo traga todo.
ResponderEliminarSaludos.
Me han dado penita las horas.
ResponderEliminarMalos tiempos para ellas.Para todos.
Un beso revoloteador.
"Ya vendrán domingos mejores"
ResponderEliminarAbrazos
Que triste Domingo, como el mio. Saludos amigo Toro.
ResponderEliminarLo domingos tiene horas así, juguetonas, ,medio jugando al escondite
ResponderEliminarUn beso
Hola Torito. Madre mía que coco tienes para inventar poemas y encima que sean perfectos.
ResponderEliminarAsí es, tiramos tantas horas por la ventana discutiendo cosas tan innecesarias que perdemos los días sin darnos cuenta.
Muy bueno el poema.
Abrazosssssssssssss
¿y qué tal te fue? El domingo, digo.
ResponderEliminarParece que la primera fue afortunada aunque chillara después,
ResponderEliminar¿Ya es lunes, te quedo alguna viva?
Besos animalito.
El vals de las horas escondidas.
ResponderEliminarBesosss
me ha encantado, toda la poesía acumulando letras sobre como el tiempo acaba con nosotros y tu has logrado darle la vuelta... a por ellas !!!!!
ResponderEliminarLas horas personificadas en tu poema, merecen ser escritas con mayúsculas: Las Horas.
ResponderEliminarAbrazo Toro Semidiós!
Qué me vas a contar sobre las horas de los domingos...
ResponderEliminarBss (y sonrisa).
Qué genial eres poeta. Aquí otro domingo gris, frío y ventoso. La primavera se quedó dormida y parece invierno. Las horas son tediosas pero zafo de ellas leyendo los blogs de amigos. Beso
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