Me gusta reparar poemas.
No hay trabajo más hermoso.
Los releo con ojos atentos
como si fueran poemas nuevos
y tras pedirles permiso
empiezo con cariño la revisión:
Borrar una coma agotada.
Pulir un artículo que se oxidó.
Sustituir un adjetivo disgustado.
Conjugar un verbo con más emoción.
Lubricar los versos para que no chirríen.
Darle un beso al poema y guardarlo en el corazón.
Reparador de poemas, lindo oficio
ResponderEliminarBesitosssssss, viernetes!
Me encanta cómo cuidas las palabras.
ResponderEliminarBesos.
Estoy segura que lo haces y que los dejas perfectos. Me gustaría leer alguna de esas correcciones. Lástima que te lo guardes. En el fondo, tras ese animal imperturbable tienes un corazón blandito.
ResponderEliminarMaravillosa pasión y dedicación para conseguir el poema perfecto. Creo, de todos modos, que salen de la primera hornada prácticamente perfectos. Brillan como el sol en el horizonte, con esa belleza que inspira paz.
ResponderEliminarUn beso.
¡Cuánta delicadeza, cariño y ternura!
ResponderEliminarTus poemas te tienen que adorar
Besos
Cuidados con mimo, rinden más.
ResponderEliminarSe nota tu cariño por ellos.
Saludos.
Claro, todo lo escrito debe cuidarse,
ResponderEliminares un buen oficio, son como hijos
incluso muchos escritos
pueden estar indefensos
o solos y aislados
hay que de vez en cuando darles cierto mantenimiento
Tu amor por ellos.
ResponderEliminarBesos para el chico más guapo de Cataluña!
Presumo que tratas as pessoas de quem gostas com o mesmo carinho e que maravilha isso é !
ResponderEliminarBeso, amigo mio.
Un ofici fantàstic, només cal veure com ens arriben a nosaltres.
ResponderEliminarPetonets, Xavi.