Fallecí.
No sé cuándo ni cómo.
Vaya engaño
lo del Más Allá.
No hay nada.
Doy fe.
Lo de ahora
es un vacío diario.
Un deambular
por los caminos
de la desesperanza.
A veces
tengo la sensación
de que sigo viviendo.
Pero no.
Son mis ojos
los que me engañan.
De mi vida
de lo que viví y sentí
no queda absolutamente nada.
Ainsss a veces me dejas hecha polvo...
ResponderEliminarAbrazo***
Te entiendo, que no haya nada que acelere el latido
ResponderEliminarTienes la poesía y tu imaginación que no te abandona
A mí hasta el blog ni fú ni fá. Igual algún día vuelven las ganas
Besitosssssss y un abrazo apretujao
No.
ResponderEliminarEs aburrimiento.
Un beso
Qué desesperanza. Siempre nos quedará recordar lo que tuvimos, que es como sobreviven nuestros abuelos, a algunos ni recuerdo les quedan. Deprimente.
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