Hay gente
que no está
y que nunca estuvo.
Ni ahora
ni en el pasado.
Parecía que nos querían
pero no era cierto.
Eran farsantes
monigotes y embusteros.
Ahora que sé
que todo era mentira
ahora que la vida
se fugó con el tiempo
ahora dónde voy
con mi esqueleto tan cansado...
Era mentira para ellos, no para ti. Yo me hago a menudo esa reflexión, quizás nosotros también fuimos ellos alguna vez sin darnos cuenta. Hay que perdonar, olvidar y seguir. Toro, tanto sobrepensar no levantas cabeza.
ResponderEliminarEspero que no duela mucho
ResponderEliminarUn achuchón gordo
Cada vez se hace más evidente aquello de que estamos más solos que la una. A más años cumplidos, más evidencia. Por tanto, solo nos queda un camino, querernos un montón a nosotros mismos. El único ser que, aunque a veces también nos traicione, porque ocurre, siempre termina por perdonarnos.
ResponderEliminarSaludos, Toro.
Es curioso, me acaba de llamar una amiga del pasado después de trece años para tender puentes. Le dije que no. Nos separaban trece años de vida, de ilusiones y entuertos.
ResponderEliminarUn besazo.
No tienes que ir a ninguna parte, los que te queremos estamos contigo, donde tú estés.
ResponderEliminarY hay gente que siempre estuvo pero al final se ha ido (esta es la que me duele).
ResponderEliminar