Me leen
los engendros
y me atacan con furia.
A mí me da la risa.
Los imagino
ante la pantalla
con los ojos
inyectados de odio
diciendo que no con la cabeza.
Y me escriben
frases desquiciadas.
Y me insultan.
Y me reprenden.
Y se irritan
porque no publico
sus comentarios delirantes.
Y me retan esos tarados.
Y si pudieran me castigarían.
O me azotarían...
Ya los imagino
con la baba rabiosa
cayendo de sus bocas idiotas
pero luego me entristezco
porque la verdad es que me dan pena
tiene que ser muy duro
noche tras noche
estar atado en la cama con esas correas.
La gente no tiene nada mejor que hacer? Ay señor
ResponderEliminarUn beso de tornillo
Hay gente que está muy despirulada...
ResponderEliminarBesos***
Dar lástima es lo último
ResponderEliminarHe leído mal la palabra "los engendros", mi mente la ha cambiado por "los ennegrecidos". Y me ha dado otra profundidad al poema.
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