1 de septiembre de 2025

EN LA MISMA NADA

Dónde están los guerreros
que acompañaron a Alejandro Magno?
Yo os lo diré.
En la misma nada
que los soldados asirios
que los peregrinos del Mayflower
que las primeras bailarinas del Bolshoi
que las huestes de Gengis Kan
que los profetas de todas las religiones
que las sirvientas de Cleopatra
que los apóstoles y las santas
que los ateos y Papas de hace siglos
que los negreros y los esclavos africanos
que las monjas de la Edad Media
que los fenicios y los filisteos
que los indios de la tribu de Cochise
que los piratas del Mar de China
que los Cien Mil Hijos de San Luis
que las benditas prostitutas de Judea
que los hijos y nietos de Matusalén
que las batallas de Juana de Arco
que los legionarios de Julio César
que los mercaderes de mil civilizaciones
que los neandertales y los sapiens
que los pintores del renacimiento
que las musas fallecidas
que los poetas enterrados
que los nigromantes visionarios
que los mendigos y príncipes de la antigüedad
que los trabajadores de las pirámides de Egipto
que las agallas de Rosa Parks
que los faraones y miles de reyezuelos
que los juglares de tantos castillos
que los colonos del Far West
que los buscadores de oro de Alaska
que las venas del cuello de María Antonieta
que los valientes y combativos cartagineses
que los escritores sumerios
que los niños risueños de Mesopotamia
que los que arrojaron las bombas atómicas
que los que murieron en Hiroshima
que los que murieron en Nagasaki
que los samuráis más honorables
que los incas que construyeron el Machu Picchu
que las neuronas prodigiosas de Marie Curie
que los conquistadores de nuevos territorios
que los que nunca nacieron
que los que creían en la resurrección
que los sioux y los "rostros pálidos"
que los indígenas pintados por Diego Rivera
que las amigas de Frida Kahlo
que los pastorcillos de Fátima
que los discípulos de Nostradamus
que los amigos y familiares de Galileo Galilei
que los alumnos de Platón y Aristóteles
que los que pintaron la Cueva de Altamira
que los que erigieron la Torre Eiffel
que los que acompañaron a Cristobal Colón
que los que allí vivían cuando él llegó
que los tártaros que invadieron Rusia
que los mamelucos que lucharon contra Napoleón
que los vikingos saqueadores de Gran Bretaña
que los aguerridos espartanos
que los que inventaron la rueda
que los que descubrieron el fuego
que los que perfeccionaron la penicilina
que los latidos del primer hombre que pisó la luna
que los habitantes de Babilonia
que los hermanos Lumiére
que los mormones originarios
que los corsarios del Caribe
que las zarinas asesinadas
que los hijos de Rasputín
que las grandes duquesas rusas
que los primeros aborígenes australianos
que las mil mujeres del Rey Salomón
que los colonos galeses en la Patagonia
que los bárbaros que asolaron Roma
que los misteriosos emperadores chinos
que los marineros de Vasco de Gama
que los que planificaron la Gran Muralla
que los viajeros de la Ruta de la Seda
que los fusilados de todas las guerras
que las plañideras de antiquísimos funerales
que los que murieron en la hoguera
que los que murieron en la cama
que los temibles sultanes turcos
que las infatigables tropas del imperio persa
que los caballeros de las Cruzadas en Tierra Santa
que los cadáveres de las dos guerras mundiales
que los primeros paseantes del Taj Mahal
que las concubinas de todos los sátrapas
que los brujos de siglos pasados
que los hechiceros de la selva
que los que no destacaron en nada
que los que vivieron felices
que las personas que sufrieron toda su vida
que los que se suicidaron para irse antes
que los que resistieron y se fueron unos años después.
No busquéis más.
Ahí están...
Todos, todos, todos, todos, todos, todos en la misma nada.