EL MAESTRO 3

El Maestro habló a sus discípulos
al lado de un carísimo burdel
que había en las afueras de la ciudad
y les dijo que le dieran
todo el dinero que tenían
pues con él iba a socorrer
haciendo una gran obra de caridad
a esas pobres mujeres
que tanto lo necesitaban
y cuando el Maestro recogió el dinero
les dijo a los discípulos
que esperaran a que él volviera
y tras siete días y siete noches
de inacabable y preocupante espera
por fin salió el Maestro
con aspecto cansado y demacrado
caminando lentamente
con las piernas arqueadas
pero también a la vez
luciendo una enorme sonrisa
mientras se despedía feliz
de aquellas espléndidas mujeres
y les dijo entonces a los discípulos:
Tomad buena nota de lo siguiente
el placer y la caridad
también pueden ir de la mano.