HAN LLEGADO LAS VACACIONES

Venga.
Todos a correr.
Han llegado las vacaciones.
Poneros la sonrisa.
Y sobre todo no olvidéis
comprar pegamento
para sujetar los dientes
cuando mintáis
a las pobres víctimas
que tengan que escuchar
el pesado relato
de vuestras vidas
tan tristemente retocadas
y penosamente magnificadas.
No sea que deis un espectáculo
si se os caen los dientes
en mitad de vuestras mentiras.
Venga.
Poned cara de fiesta nacional.
Poned esas caras de palurdos
que tienen en la cuenta
casi toda la paga extra
para disfrutar
en chiringuitos atestados
y restaurantes deprimentes.
Poned también cara de bondad
y salid corriendo del coche
con sonrisas de Judas
cuando lleguéis a destino
y abrazad emocionados
a esa familia lejana
que criticáis todo el año.
No hay nada tan emocionante
como los primeros tres segundos
de los abrazos entre paletos.
No olvidéis
llevarles algún regalo.
Es justo
ya que les robaréis
la comida y la bebida.
Intentad que vuestros hijos
no molesten demasiado
y que sobre todo
no torturen a los hijos
de vuestros anfitriones.
Tanto los unos como los otros
tienen muchas posibilidades
de ser monigotes maleducados
absolutamente imposibles de soportar.
Que no se peleen
ni se insulten.
Y que tampoco se chiven
de lo que pensáis en realidad
de esa tribu de impresentables.
Eso siempre genera tensiones.
Y puede hacer aflorar la verdad
en cualquier momento.
Y si eso sucede
después de haber ingerido alcohol
puede acabar para siempre
con las relaciones familiares
que aunque no eran sinceras
se interpretaban con cierta soltura
dada la hipocresía generalizada.
Aguantad unos días.
Criticad en voz baja.
Escaparos de vez en cuando
para aliviar los efectos letales
de convivir a diario
con esa banda de sinvergüenzas.
Haceros unas cuantas fotos.
Hincharos como ballenas.
Bebed como cosacos.
Y luego volved
ojerosos y enfadados
picados por los mosquitos
y hartos de todo y de todos
a vuestro lamentable calvario cotidiano.