LA VIDA EN TODO SU ESPLENDOR

Otra vez la vida tal como es.
Otra vez la vida sin tapujos.
Otra vez la vida en todo su esplendor.
Renuncio a buscar.
Renuncio a soñar.
Renuncio a desear.
Renuncio al mundo.
Renuncio a los escarabajos.
Renuncio a las cucarachas.
Ni me gustan ni los aguanto
no quiero verlos a mi alrededor
no quiero que sus manos me toquen
no quiero contemplar sus miradas tramposas
no quiero escuchar sus palabras envenenadas.
Olvidadme todos.
Quiero ser ese vacío que camina.
Quiero ser ese silencio que se fugó.
Quiero ser en vuestra memoria
ese nombre y esa imagen que desapareció.
Quiero ser el disgusto de cada día.
Quiero ser la tormenta que todo lo ahoga.
Quiero ser el tornado que no tiene piedad.
Quiero ser el terremoto que todo lo destrozó.
Ya me harté de estar harto.
Ya me harté de esconder el dolor.
Ya me harté de los juegos de idiotas.
Ya me harté de la hipocresía y la traición.
Detrás de cada bondad hay un futuro asesino.
Detrás de cada piedad hay un codicioso.
Detrás de cada virtud hay un gran miserable.
Y yo el más grande de todos
el miserable que escupe en la boca de todos
el miserable que chilla poemas
el miserable que va de esquina en esquina
buscando la imposible sombra de una ilusión.
Me he cansado de buscar y no encontrar.
Todos, todos, todos tienen una trampa en la mirada.
Todos, todos, todos tienen una serpiente como lengua.
Todos, todos, todos tienen un epílogo en el corazón.
Todos, todos, todos tienen como patria a la envidia
y como bandera una repugnante mentira multicolor.
Voy de ruina en ruina entre las horas
intentando escapar de la vida nauseabunda
y de los criminales vacíos que me acechan
pero no hay milagros en los tiempos de nada.
Y al final vuelvo a la cueva de los futuros muertos
y a la oscuridad donde los cuervos cantan nanas
a los corazones inquietos que no se resignan
a esperar la muerte con la sonrisa congelada.
Y allí me hago sueño, pesadilla y escombro
y escupo en las memorias de los vivos y los muertos
y maldigo en silencio por haber nacido en esta burda estafa.
Y miro a mi alrededor y me estremezco
y se me hiela la sangre en las venas
cuando contemplo en los días
a los escarabajos y a las cucarachas
pregonando a los cuatros vientos que la vida es hermosa.
Ahora mismo les clavaría un espejo en sus ojos ciegos
para que se vieran con detenimiento
para que disfrutaran de su aspecto de bichos
pero sería inutil porque ni entienden ni comprenden
simplemente corretean por los días sin cerebro ni alma.
No se merecen ni un verso de este poema gangrenado
no se merecen más que una fosa llena de olvidos y gusanos
para que sigan disfrutando eternamente de esta repugnante estafa.