Se despierta el domingo
con una promesa
de horas inocentes
que están por estrenar.
Horas nuevas.
Horas magníficas.
Horas inmaculadas
Las miro con dulzura.
Me miran con ojos interrogadores.
Tienen curiosidad.
Están nerviosas.
Suspiran muy, muy, muy bajito.
Algunas incluso tiemblan.
Las acaricio una a una.
Pobrecillas.
No sé como decírselo.
Me apena su futuro.
No saben aún su mala suerte.
No saben que están
con el hombre del tiempo malherido.
HORAS INOCENTES
ResponderEliminarSe despierta el domingo
con una promesa
de horas inocentes
que están por estrenar.
Horas nuevas.
Horas magníficas.
Horas inmaculadas
Las miro con dulzura.
Me miran con ojos interrogadores.
Tienen curiosidad.
Están nerviosas.
Suspiran muy, muy, muy bajito.
Algunas incluso tiemblan.
Las acaricio una a una.
Pobrecillas.
No sé como decírselo.
Me apena su futuro.
No saben aún su mala suerte.
No saben que están
con el hombre del tiempo malherido.
Tiene una ternura y una tristeza tan honda que me obliga a releerlo.
ResponderEliminarAdmiro mucho, además (y no puedo evitar mencionarlo), la facilidad que tenés para darle vida a lo que acostumbramos ver como inanimado, me sorprende cada vez.
Que tengas un día tranquilo.
Besos, Toro.
Como dice Eme, tu facilidad y acierto para dar vida a lo inanimado es increíble. Poderosamente hermosa.
ResponderEliminarBesos.
Las horas ademas de inocentes, son un poco bobas
ResponderEliminarno se los tengas en cuenta, ni cuenta se daran
Cronos, el dios del tiempo no arregla relojes
pero les suele dar cuerda, cuando le place
normalmente en el momento menos indicado
Es un guason el tio
Besos
Pobres...
ResponderEliminarY qué se hace.
Bss.
Malherido pero tierno y tan creativo que hasta es comprensivo con el domingo que ya se fue, aunque estoy segura que volverá.
ResponderEliminar