Se aleja el tiempo.
Cada día
intento alcanzarlo
pero él va más rápido.
En la persecución
me acompañan
sueños y recuerdos
que se resisten a desaparecer.
En algunos
era el tiempo
el que me perseguía
mientras día tras día
yo descubría universos
con ojos tiernos e ilusionados.
En otros
ya más mayor
el tiempo y yo
íbamos juntos
mirándonos inquietos
con ojos maduros y recelosos
como si desconfiáramos el uno del otro.
Intuyo que pronto dejaré de perseguirlo.
Creo que la meta está cercana
y me resulta imposible darle alcance.
Si lo pienso con calma ha sido una buena carrera.
Quizás en el futuro haya otras que ahora no logro imaginar.