Para liberar adrenalina
de vez en cuando
decido ir
a los centros comerciales.
Entro.
Paseo.
Observo la fauna
de humanos perturbados.
Intento que no me ataquen.
Y lo más rápido que puedo
vuelvo a casa
cierro la puerta
con tres vueltas de llave
y doy gracias infinitas
por no haber sufrido ningún daño.
Jajajja deporte de riesgo. Menos mal que está fresquito
ResponderEliminarBesitossss
Los centros comerciales se convirtieron en lugares de paseo y ocio. Los detesto. Me gustan las tiendas de barrio.
ResponderEliminarUn beso.
En los centros comerciales si que acabamos todos zombis, tienen un nivel de ruido insoportable.
ResponderEliminarBesos
Practicar acciones de riesgo, implica tener buenos reflejos, te felicito por ello.
ResponderEliminarSaludos.
Te entiendo pero tengo entendido que por las calles de Barcelona el ambiente no es que mejore demasiado. Un abrazo.
ResponderEliminarEso sí que es vivir al límite, ja, ja, ja. Lo siento, pero no puedo acompañarte en este viaje, solo verme en esa situación me dan tembleques, ;) Eres un valiente.
ResponderEliminarBesos.
No juegues con fuego.
ResponderEliminarSaludos.
Es peor que la selva.
ResponderEliminarBesos para el chico más guapo de Cataluña!
Yo, en los centros comerciales, siento como si alguien, quien sabe quien, me robara la energía, aparte del dinero, claro...
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