LA VENTANA MUERTA

Hay momentos en los días
que entre negros nubarrones
vislumbro un sol pálido
y parece que sus rayos
quisieran acariciarme el corazón
y por unos instantes
todas mis tristezas
se miran preocupadas
y un inquieto alboroto
les va helando el alma
pero poco a poco
el sol desaparece
engullido en la devastación
del patíbulo emocional
en el que hace tanto que vivo
y las tristezas vuelven a sonreír
y me miran con desprecio
y se acercan imperiales
y me devoran con avidez
y pienso en el sol pálido
y de él no queda ni rastro
y lo busco por todas partes
y como siempre no lo encuentro
y entonces me pienso bien a fondo
y lo busco hasta en mi alma
y registro mis recuerdos
y convoco con urgencia
a todos los que me querían
y sólo acude el silencio
un silencio de pena
un silencio de vida
un silencio de hielo
ahora mi único amigo
ahora mi único consuelo
ahora mi fiel compañero
y le pregunto por el sol pálido
y no me contesta
y me mira apesadumbrado
con lágrimas en los ojos
y me abraza sincero y conmovido
y me acompaña a la ventana muerta
donde el tiempo está vacío
la nada mira el todo
y el cristal es una gran lágrima
que alguien encarceló
y desde allí estremecidos
anclados en el vacío final
observamos con nostalgia
el mundo que desfila
latiendo por todas partes
y comprobamos como la vida
hace mucho que de aquí se fugó.