Yo quiero escribir flores
pero esta tarde no hay manera.
Aparecen cabezas muertas
tras todas las flores que escribo.
Y las desvanecen.
No dejan pétalos ni tallos
y se me quedan mirando
con ojos rebosantes de dolor.
Quieren vivir y no pueden.
Cabezas soñando resurrección.
Desisto.
Las miro y me dan pena.
Cabezas de mujeres y hombres
que no tengo ni idea de dónde son.
Quizás estas cabezas mudas
vivieron sus vidas
como bellas flores
de suaves pétalos de colores
y gozaron de amores apasionados
que la desmemoria
de la muerte cruel jamás les arrebató.
Cabezas de alma y corazón.
Cabezas malheridas de amor.
Cabezas de un pasado que ya murió
enterradas en el más triste de los olvidos
por un tiempo que no conoce la compasión.
Todas las cabezas muertas pueden alimentar miles de tiernas y hermosas florecillas.
ResponderEliminarSaludos.
Tus palabras se parecen a las que acabo de publicar, los muertos y sus muertes nos estropean la vida y el corazón.
ResponderEliminarJK
No me sorprende.
EliminarEstamos en la misma dimensión.
Mínimo!
EliminarJK
Son palabra y alma. Cruz y libertad. Son tanto de tan poco que parece mucho el peso sobre la humanidad.
ResponderEliminarAbrazo de luz
Yo siquiero tengo ganas de escribir flores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero que todo vaya bien en tu vida.
ResponderEliminarLos muertos están en nosotros, cada día nuestro estado de putrefacción es mayor.
ResponderEliminarDetesto las flores en los entierros, me desagrada su olor a descomposición.
Un beso.
Sabes de la existencia de las flores, hoy no las ves, quizás mañana.
EliminarUn besazo.
Si tus flores la destruyen la cabezas que ves con sus ojos fijos, serán almas deamlubando por el mundo y que se te aparecen para que no escribas lo que quieres.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario, por lo que veo has captado el sentir de mi poesía.
Beso, feliz semana.
Yo en realidad prefiero flores muertas o secas que el olor a cadaver de humano.
ResponderEliminarBs Ilduara.
Dejé de entender la vida,
ResponderEliminarY a la muerte, lo más lejos posible hoy la quiero...
No sé que decir...solo dejo besos***
ResponderEliminarEsa cabezas quizá podrían recordar tus amores pasados? Amores que aún no estén olvidados y te pidan una mirada atrás?
ResponderEliminarO quizá signifiquen que todo termina, que no hay nada que dure eternamente?
O puede que aunque tú quieras volver a amar, tu pasado aún te lo impida y por eso ves cabezas muertas?
Puede que sea el miedo a ser feliz...
Sea como sea, siempre es bello tu poema, hables de lo que hables, tienes ese don...
Un beso grande, Toro.
Me quedé pensando en que al fin y al cabo todos somos la misma esencia llena de sueños y roturas.
ResponderEliminarAl final somos polvo igual al resto de polvo.
Hasta las flores mueren.
Bss.
Hoy es mi cabeza la que está espesa porque no entiendo tu poema. Igual no hay nada que entender y es esto.
ResponderEliminarBuen finde Torito
"Escribir flores", qué bonito.
ResponderEliminarSigue intentándolo. Escribir flores es la forma de lograr que las muertas descansen en paz, y nos permitan a nosotros vivir en paz.
Flores y cabezas, vida y muerte...
ResponderEliminar"Cabezas de alma y corazón.
Cabezas malheridas de amor.
Cabezas de un pasado que ya murió
enterradas en el más triste de los olvidos
por un tiempo que no conoce la compasión."
Un fuerte abrazo, Toro poeta.
Cabezas rotas...todos seremos eso mismo alguna vez.
ResponderEliminarMuackkkkkkkkkkkkkkkkk
A veces lo que queremos y sentimos es totalmente distinto a lo que acaba saliendo...
ResponderEliminarMil besitos para tu finde, amigo Toro.
No llego a entender este poema tuyo...a no ser que sufras un desengaño en el alma aquella que duerme en un almario. Besicos mil Toro
ResponderEliminarFlores y cerezas leí en un principio. Debo estar influenciada por los árboles que me rodean y que empiezan a florecer.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Cabezas olvidadas que no olvidan. ¿ Será ése el infierno ?
ResponderEliminarDesasosiega esa eternidad, Toro ...
Pobres cabezas, fueron flores y ahora no se resignan a ser abono.
ResponderEliminarBesos
"Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás."
ResponderEliminarCien años de soledad - Gabriel García Márquez
en las cabezas se gestan los sueños las realidades y el juicio
ResponderEliminarnada raro que las veas Toro
mejor flores y cerezos
de cabeza nos traes con tus emociones
besitos
Hay tardes que se dan la vuelta y hacen lo que quieren.
ResponderEliminarTe deseo un buen domingo Toro.
Besos.
flores con cabezas! me acabas de inspirar un dibujo Toro!
ResponderEliminarA viste, uno a veces quiere escribir flores y le sale otra cosa.
ResponderEliminarAunque tu otra cosa por lo menos se entiende. Jeje.
Besos!!
Era *Ah viste
EliminarSeguiremos alimentando flores por lo tanto poesia...
ResponderEliminarMe has recordado mi último poema.
Feliz noche toro.
Abrazo.
Solo quedan las ganas
ResponderEliminarde haber sido la mejor historia de amor.
Mi beso.
No estoy muy bollante de ánimos , pero he vuelto a tu blog.
ResponderEliminarMe quedo con el silencio de las flores muertas , al igual que su silencio en vida.
Besos.
A veces el pasado viene y sin dejarnos sin cabeza
ResponderEliminarnos deguella aamedia luz después de una cerveza
Alma y corazón.
ResponderEliminarComo tu poesía.
Escribes flores, siempre.
Un beso.
Feliz fin de semana.
:)
Esas cabezas seguro que han salido huyendo para no ahogarse en sus tumbas con el agua que está cayendo,ASÍ ES QUE ACÓGELAS
ResponderEliminar
ResponderEliminar"Ya llega el tiempo en que, vibrando sobre el tallo
cada flor se evapora igual que un incensario;
bajo la atardecida sones y aromas giran,
¡melancólico vals, vértigo desmayado!
Cada flor se evapora igual que un incensario;
el violín solloza, corazón aterido,
¡melancólico vals, vértigo desmayado!
Es bello y triste el cielo cual gigantesco altar.
El violín solloza, corazón aterido...
un tierno corazón que odia la nada inmensa.
Es bello y triste el cielo cual gigantesco altar,
en su rojo coágulo se ha sumergido el sol.
Un tierno corazón que odia la nada inmensa,
recoge fiel las huellas del luminoso ayer.
En su rojo coágulo se ha sumergido el sol...
como en una custodia, luce en mí tu recuerdo."
(Charles Baudelaire/Armonia de la Tarde=42 Flores del Mal)
Beso... Xavi.
Siempre regreso a tu guarida querido Toro Salvaje con la única intención de aprender de los grandes.
ResponderEliminarBello escrito
Gracias
Ramillete de cabezas, como flores de abril. Precioso dislate
ResponderEliminarUn beso
y ahi estas tu
ResponderEliminartesoro de la memoria
recogiendo ramilletes de cabezas
que reboratn ante tus ojos
como testigo
para recordar sus petalos
de vida y muerte entre las flores
Besos amor
Las cabezas están celosas.
ResponderEliminarEscribe de ellas también.
Fíjate, como cabeza tremendamente horrorizada, no sabría que decir.
ResponderEliminarParece que es un mal común, no creo y solo tiene receta.
Voy a hacer galletas.
saludos
Y es que en este mundo quién no pierde la cabeza¿?... Habría que escucharlas, porque seguro que tienen cosas interesantes que contar…
ResponderEliminarBsoss miles, mi querido Toro, y feliz finde!
Esa parte de mí, enorme, admiradora de las matemáticas y la física, siempre ha estado empeñada en ver la existencia humana como una gran victoria de la naturaleza. Ha llegado a crear un ser capaz de contemplarla, admirarla, explicarla, cuestionarla... capaz, sobre todo, de hacerse preguntas y buscar respuestas, esa es su victoria y nuestra herencia.
ResponderEliminarVamos, que si sólo escribieras flores pensaría que te han abducido unos extraterrestres flipados.
Besos.
Es que el desamor hay que saber vivirlo. Como todo en esta vida. Y es que nadie nos enseña. Y claro, luego pasa lo que pasa.
ResponderEliminarUn besito.
En un país azotado por los cárteles las cabezas y las flores -en ese orden- son el pan de cada día.
ResponderEliminarUn abrazo