YA NO QUEDA NADA

La vecina
de donde vivías
me mira asombrada
cuando le digo tu nombre
y al poco recuerda
y recuerda
y recuerda
y aparecen unos muertos
y unas desgracias
y unas tristezas
y un incierto pueblo lejano
que un día se te llevó
y le digo adiós
desbordado de pena
y camino un buen rato
por todo lo que fuimos
pero ya no queda nada
sólo encuentro vacíos
de tu presencia
que brotan hirientes
por las calles y plazas
que un día lejano
envidiaron nuestro amor.