JUSTINIANO 177

Justiniano no consigue olvidar
al verdadero amor de su vida
y hoy último día del dos mil diecisiete
con la excusa de felicitarle el año nuevo
ha decidido volver a declararse
a la hermosa panadera
que es su novia imposible
sin temor a recibir nuevas calabazas
y nada más entrar en la tienda
ha apartado a todos los clientes
y de un salto se ha subido al mostrador
y dirigiéndose a ella con voz de tenor
le ha declamado el siguiente poema:

"Yo te quiero mucho hermoso bizcocho
y no puedo vivir sin tu presencia
sólo te pido un poquito de paciencia
y te deseo un feliz dos mil diecichocho"

y de repente se ha quedado helado
al darse cuenta de su equivocación
al recitar la última palabra del poema
y ahora la panadera lo mira con furia
y los clientes también lo miran mal
y Justiniano se va de la panadería
más rojo que un tomate
harto ya de que todo le salga al revés
y jura por su vida que a partir de ahora
cuando recite un poema lo hará en japonés.