QUIERO VOLVER A LONDRES

Quiero volver a Londres.
Pero que esté vacío.
De punta a punta.
Sin londinenses.
Sin turistas.
Sólo yo.
Y entonces pasear feliz
por sus plazas y calles.
Y entrar en el Museo Británico
con una taladradora
para finalizar como es debido
todas las obras de arte.
Y luego ir a la cámara de los Lores
y proclamar a los cuatro vientos
que ahora mando yo:
Su graciosa majestad Toro Salvaje I.
Y después ir a Harrods
y saquearlo de arriba a abajo.
Y pegarle fuego.
Y reírme todos los días
cuando el fuego se extienda
por las calles de la ciudad.
Y cuando ya no quede nada
fundar una nueva ciudad:
"Toro City".
Una ciudad sin ciudadanos.
Y yo sería el alcalde.
El alcalde de las ardillas muertas
y de los parques calcinados.
Y ganaría todas las elecciones.
Por un voto a cero.
Y en mi ciudad
todos los habitantes del planeta
tendrían orden de busca y captura.
Y si algunos aparecieran
los decapitaría en la Torre de Londres
y al amanecer
arrojaría sus cabezas al Támesis
o jugaría con ellas
inolvidables partidos de fútbol
contra los fantasmas de los alabarderos
en el estadio del Chelsea
y después iría con ellos
a realizar el cambio de guardia 
en las ruinas del Palacio de Buckingham
y los fantasmas y yo
saludaríamos a la multitud de nadies
que nos vitorearía absolutamente muda
y luego gritaríamos tres hurras
en honor del cadáver disecado de la Reina
que está clavado boca abajo
señalando siempre las cinco de la tarde
en las exactas y sepulcrales agujas del Big Ben.