18 de julio de 2020.
Trinos
y más trinos
en un cielo que nos mira asqueado.
Los pájaros no llevan mascarilla.
Y cantan todo el día.
Entre los que hay fuera
y los que hay dentro de mi cabeza
el concierto es apoteósico y memorable.
Hoy no sé qué hacer.
No me apetece salir a la calle.
La ciudad está llena de muertos.
Muertos que llevan mascarilla
y vigilan a los demás con ojos de policía.
Cuando los veo
miro al cielo
y ruego:
Señor, un rayo ahora, un rayo que los abrase.
Que los carbonice.
Que los haga desaparecer
y con ellos toda su miserable existencia.
Pero nada.
El Señor debe estar buscando la vacuna.
O reescribiendo la Biblia por si no la encuentra.
Algo así como una nueva carta a los Corintios
que algún monje chiflado de un monasterio perdido
descubriría después de beberse todo el vino de la sacristía:
" Y a los que usen el nombre de Dios en vano
les enviaré una plaga de coronavirus
y todos sus descendientes se convertirán en sapos..."
Aunque eso ya ha ocurrido...
Las calles están llenas de muertos que caminan.
De sapos y de zombis, también.
Lo de los sapos lo sé por la curva monstruosa de sus ojos.
Y por sus papadas mal disimuladas
tras las tristes y deprimidas mascarillas
que tienen ganas de suicidarse
por haber acabado pegadas a esas monstruosas masas de carne.
Yo les doy un consejo.
Gratis.
Deberían llevar dos mascarillas.
Una de nariz hacia abajo
Y otra de nariz hacia arriba.
Y cruzar los semáforos a ciegas.
Y que vengan muchos camiones
con los conductores pensando en otras cosas.
Y así ir mejorando la hucha de las pensiones.
Cada semáforo sería un respiro para nuestra cadavérica economía.
Lo de los zombis no merece ni un verso más
aunque no me resisto a destacar
sus palabras muertas, sus ideas muertas, sus miradas muertas.
Sigo sin saber qué hacer.
El poema se está acabando y me mira con ojos suplicantes.
Pobrecillo.
Quiere morir también.
Murmura que ahora
en el tiempo de los muertos, sapos y zombis
ya no hay pasiones desatadas
ni amores que iluminen las noches y los días.
Que ahora todo es gris.
Todo es rabia.
Todo es envidia y cobardía.
Que la vida como poema ya no tiene sentido alguno.
Tiene razón.
Me despido de él acariciando sus temblorosas palabras
y le doy un beso en su último verso mientras lo entierro en mi corazón.
iba corriendo y leyendo y al llegar a cada punto pensaba "lo que no mata engorda", deje de correr encendí un cigarro "lo que no mata engorda", deje un comentario en tu blog y seguí corriendo...." ... " . un abrazo
ResponderEliminarAhora es la mascarilla que oculta nuestro rostro e impide comunicarnos con claridad. Nos aislamos, se impiden las reuniones, hoy por el coronavirus, se establece la costumbre y nos convertimos en una sociedad aislada y manejable.
ResponderEliminarUn beso.
Enterrado queda.
ResponderEliminarSaludos.
ResponderEliminarEntre máscaras y mascarillas anda el juego...
Beso... enmascarado! Ž
Y mi mano en tu... mano. ;P
🥀
Tu entrada de hoy con sus tonos apocalípticos, me ha gustado mucho y aquí estoy rumiando sobre ella. Muy interesante.
ResponderEliminarAbrazos
Genial.Y real como la vida misma.
ResponderEliminar¡La era de los zombis ya está aquí....!
Saludos Toro.
¡Cómo te has despertado hoy!
ResponderEliminarWoww!! A esto se llama repartir a diestro y siniestro, o ne dejar títere con cabeza. Una llamada a los siete jinetes del Apocalipsis a la que me adhiero. Un poema que me recuerda un poco a "Poeta en Nueva York" :"Poeta en Barcelona"
ResponderEliminar:)))
Por las calles camina el miedo, la rabia, el calor, el sudor dentro de las mascarillas, los picores de nariz.
ResponderEliminarY la bronca
Y el mal humor
Y el miedo
Y los nervios
Y la gente con dedos acusadores
Y el alcohol en gel pringoso, que se mezcla con la dosis anterior y va formando capas de pringue de diferentes perfumes.
Y los dedos se pegan entre sí.
Y las tiendas desesperadas bajan los precios
Y en la playa, un poco de sal y mar y arena se mezcla con ese alcohol...
Y el virus invisible juega con nosotros y canta " ta te ti suerte para mí"
Saludos 😷
No me gusta esta fecha...
ResponderEliminarPor lo demás, cada cual lo transitará a su modo y buen entender... estamos en tiempos de pandemia y la mascarilla bien utilizada es nuestra aliada... es lo que yo pienso... pero el meollo del sistema tiene sus propios propósitos y tennemos que aprender a distinguir las mascarillas de las máscaras...
Abrazo
Sueño apocalíptico que a nada ésta de la reealidad. Los pájaros sin mascarilla cantan como burlándose de nosotros, pobres mortales con sueños de inmortalidad. Hoy opto por ser ave.
ResponderEliminarUn abrazo poeta.
"la vida como poema" quizá no tenga sentido, pero la poesía como vida es casi lo único que lo tiene.
ResponderEliminarMe conmueve el poema y su final, o el final del poema. Al menos él ha podido morir acompañado. No parece haber tenido una vida muy feliz, pero al menos recibe un beso en el último verso... Firmaría por que mi muerte sea así, aunque ojalá con más besos en vida, aunque sea desde la resistencia.
ResponderEliminarBesos
Pobre
ResponderEliminarMuy bueno!!!! Irónico y realista.
ResponderEliminarBesos al alma
Espero tu gris desaparezca alguna vez.
ResponderEliminarBesos.
Hola Torito. Bueno, hay que sobrellevarlo, no hay otra. Jejeje, me gustaría verte con la mascarillma y ver sobresalir tus ojos;-)
ResponderEliminarYo ahora llevo mascarilla rosa de Ágata Ruiz de la Prada
Abrazossssssss de colores
Toro estas oscuro y salvaje.
ResponderEliminarUn saludo y que la luz te guíe.
Y menos mal que los pájaros continúan cantando.
ResponderEliminarBesos
A tus poemas también les pesa este ambiente plomizo.
ResponderEliminarQue el día sea amable.
Besos.
De un gris feísimo.
ResponderEliminarLo del rayo justiciero...algo muy parecido pensé ayer cuando un troll me preguntó si era la última...y a los dos minutos se intentó colar con toda su cara...de troll montruoso y maleducado.
Siempre ha faltado respeto y civismo,y en estos tiempos está aflorando más.
Un beso 🌹
Quiero ser un pajarito sobre volando y cantando, como los que vienen a comer a mi patio mientras desayuno.
ResponderEliminarXavi, a ver como mañana amanece el domingo!!
Besicos muchos.
Deve ser bem complicado viver em Barcelona nestes tempos...
ResponderEliminarSolidário abraço, amigo mio .
En el fondo el lobo siempre se comió a la oveja, pero ahora parece que el peligro es la oveja. Ya me dirás que se puede hacer si naces oveja?¿
ResponderEliminaradiós Toro.
La verdad es que debieran existir tallas para la mascarillas porque queda muy feo así como dices...
ResponderEliminarMil besitos con cariño, Poeta y felices sueños.
Creo que me quedo con mis niños que están más cuerdos que los que andan por la calle.
ResponderEliminarBesos***
Tampoco supe que hacer hoy, acá esta gris, y una neblina que ni las mascarillas se ven, tampoco he salido, pero me lo imagino :p
ResponderEliminarUn besote animalito :)
Un lindo lugar para morir; al final tu poema fue afortunado; hoy mora en tu corazon 💖
ResponderEliminarBesos.
El 18 de julio era fiesta señalada en épocas pasadas.
ResponderEliminarSaludos.
Vaya...
ResponderEliminarMire usted
Nunca lo pensé así
Abrazos
Certero y sentido. Sigue habiendo amores que inundan...
ResponderEliminarCuanto más trozo de mascarilla, más ganan la mayoría.
Besos!!!
Pura desesperación. Un horror.
ResponderEliminarEse final me encanta Toro, saludos amigo.
ResponderEliminarUn tiempo raro, me falta probar ir a un banco, para robar, si me dejaran :-).
ResponderEliminarUn beso
Mientras tú no calles....
ResponderEliminarBesos, Toro
Me parece una idea genial lo de llevar dos mascarillas así no nos veríamos unos a otros.
ResponderEliminarEs sencillamente magnífico. Y ese ritmo en las frases... Genial.
ResponderEliminarPues bien guardado está en tu corazón que sigue caliente, latiendo en cada verso, beso maestro.
ResponderEliminarLa plaga del covid debieran contaģiársela todos los políticos, que nos chupan la sangre. Y la mascarilla si deberían ser utilizadas por todos!! Es una falta de respeto hacia el otro, no hacerlo.
ResponderEliminarTodo sigue como antes, pero con más miedo, desafío, crítica y acusaciones.
ResponderEliminarDespués del veraneo, con la que viene, lo mismo se calman un poco.
Bss.
flipo con tu cabecita... ¿descansa en algún momento del día? Y no vale que digas cuando duermes...
ResponderEliminar😘