"No decía palabras, acercaba tan sólo un cuerpo interrogante porque ignoraba que el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe, una hoja cuya rama no existe, un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos, remonta por las venas hasta abrirse en la piel, surtidores de sueño hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso, una mirada fugaz entre las sombras, bastan para que el cuerpo se abra en dos, ávido de recibir en sí mismo otro cuerpo que sueñe; mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne, iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza, porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe."
(Luis Cernuda)
Cuando cumplí nueve años los 'Reyes Magos' me concedieron un vestido del color del firmamento, una varita y una estrella.
Un beso de "esos"... enamorado y un amanecer entre lágrimas...
mala cosa la resignación... espero que tengas más suerte con el pròximo regalo!
ResponderEliminarHola! Gracias por tu comentario en mi blog! Estuve husmeando el tuyo y también me resultan interesantes tus escritos!
ResponderEliminarSaludos
Bohemia
¿De qué color era el papel, torosalvaje?
ResponderEliminarJulia
Gracias Nimue pero creo que no habrá más regalos.
ResponderEliminarEl color era verde esperanza Julia.
está bien, el verde, pero si hubiera sido lila, tal vez no lo hubieras arrugado...
ResponderEliminarMe encantó este pequeño poema. Es tan sugerente. Me sugirió tantas cosas.
ResponderEliminarTe leo de todos modos.
Un beso grande.
Creo que eres un romántico sin remedio, o al menos lo eras, no lo sé. Quizás lo eras.
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ResponderEliminar21/02/13
Mujer en amor hada...
"No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe."
(Luis Cernuda)
Cuando cumplí nueve años los 'Reyes Magos' me concedieron un vestido del color del firmamento, una varita y una estrella.
Un beso de "esos"... enamorado y un amanecer entre lágrimas...