Podría cerrar los ojos y no ver
o abrirlos sin mirar siquiera
roer los huesos que me lancen
opinar lo que de mí se espera
podría escurrir el bulto
comprarme docenas de caretas
canturrear el himno del grupo
aunque ni tan sólo lo conociera
podría alquilar miles de amigos
vestirme como los demás quieran
mirarme con descaro el ombligo
humillar sin rubor la cabeza
podría jugar a que no pasa nada
fingir que cada día es fiesta
que la vida es nata endulzada
y todas las personas son buenas
podría suplicar una limosna
mover la cola sin vergüenza
pasar por el aro a todas horas
lamer la mano de la riqueza
podría mendigar la zanahoria
bailar al son de la orquesta
convertir la miseria en memoria
y contemplar mi libertad muerta
pero ocurre que no me da la gana
que mi antorcha no es la bajeza
prefiero la soledad estrellada
que el vacío de las almas muertas
no me importa mi celda oscura
porque la dignidad es mi bandera
tengo como patria a la locura
y me pongo el mundo por montera.