Alguien
algún día
en alguna oficina
tecleará: "Fallecido".
O clicará una X
en la esquina indiferente
de una pantalla con mi nombre.
Y después me enterrará para siempre
en el nicho de un archivo informático.
Será mi última relación
con el mundo de los vivos.
Me gustaría que lo hiciera con delicadeza.
Incluso con una sonrisa tierna.
No podré despedirme de esa persona.
Ni tampoco sabré nunca quién es.
Pero como agradecimiento le escribo un poema.
Pues un regalo precioso.
ResponderEliminarBesos para el chico más guapo de Cataluña!
Nunca había pensado en eso. Una aséptica y triste X.
ResponderEliminarHoy me voy pensando...
Besitosssss
Le acabo de leer tu poema a los compañeros y ahí andan con la mirada perdida.
ResponderEliminarLo que no se te ocurra a ti, no se le ocurre a nadie, señor XY.
ResponderEliminarUn beso
Vaya, Xavi. Me has dejado sin palabras. Es más, lo he leído varias veces porque me decía no puede ser. Pero hay algo muy tuyo, y es que hasta de un poema de despedida, tristeza o luto lo reviertes en humanidad. Y eso jamás quedará enterrado.
ResponderEliminarBesos.
Quedarán tus poemas, que tanto nos regalan...
ResponderEliminarBesos
Es muy triste ,tierno y precioso
ResponderEliminarMe adhiero
Qué mal cuerpo se me ha quedado.
ResponderEliminarY eso que tengo hecho el "testamento digital".
Es un bofetón este poema porque es una realidad que nos ronda.
Bss.
Por mucho que prepares el evento, esa persona cumplirá su función, con la frialdad acorde a su cometido, archivar y cerrar la gaveta.
ResponderEliminarSaludos.
Ilduara tem razão : só tu para chegar a certos recônditos humanos.
ResponderEliminarTe abraço, amigo mio.