Aviso muy importante.
Los domingos por la tarde
de los otoños agónicos
no hay que salir de casa.
El otoño oscuro
es horario
y territorio de muertos.
Luego no te quejes
si en cualquier esquina
tu alma se desmaya de tristeza.
A la mía le pasó.
Sucedió el pasado domingo.
Salí a la calle
a estirar las piernas
cuando el día fallecía
y no había casi nadie visible.
Muertos sí que había.
Muchos.
Son las últimas horas
que disfrutan
antes de volver al cementerio.
Después de caminar un rato
por ese páramo urbano desolado
mi soledad y yo
nos sentamos en un banco
y nos dedicamos a verlos pasar.
Después se sentó más gente.
Todos invisibles.
Vinieron de mis recuerdos.
Algunos ya habían fallecido
y otros están perdidos en el tiempo.
Mi alma de repente empezó a sollozar.
Y yo me fui resquebrajando
bajo un apenado árbol
del que caían lágrimas de hojas muertas.
De repente, la tristeza honda
ResponderEliminarTe dejo un abrazo inmenso mi Torito
Procuro no salir de casa, ni domingos ,ni el resto de días. Solo lo imprescindible. El panorama es desolador, no quiero verlo. Besos primaverales. Ya sé que es casi Invierno
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