El tiempo se comió los corazones.
Ahora quedan las palabras.
Los recuerdos.
Poca cosa.
Destellos del ayer agonizando.
Deshilachándose en el viento del olvido.
Y aquí han quedado los cuerpos.
Y las miradas.
Triste desbarajuste de sentimientos
en el desfiladero de las vidas que se acaban.
Poema de Toro Salvaje.
ResponderEliminarDesmigajar de un tiempo.
ResponderEliminarUn beso
El tiempo no tiene freno.
ResponderEliminarBesos
Destellos en el retrovisor (desde que no conduzco me persigue esa imagen) que deslumbran de nostalgia.
ResponderEliminarA veces liberan...
Y nada ni nadie parece pararlo, la nostalgia paraliza la razón y aleja con pasos inalterables las sonrisas del ayer.
ResponderEliminarUn beso.
Todo tiene un final, cosa impredecible al inicio, cuando creemos en la eternidad de los sentimientos.
ResponderEliminarSaludos.
Otro poema para enmarcarlo.
ResponderEliminarPoeta
Besos
Pero ese ayer debe quedar para que podamos aprender de los errores si los hubieron.
ResponderEliminarBesicos muchos.
los cuerpos siguen destellos
ResponderEliminarde los pies
que se acaban
en el desfiladero
y cuando ya no llegan mas
saltan al filon del agua
mas alla abajo
del desfiladero
sin esperar mas camino
nadan
amaneciendo
en extrañas
nuevas
y olvidadizas
montañas
para no querer recordar
mas barrancos
por los que saltar